San Ireneo

Moderadora: Lilian González Fajardo

6 de noviembre 2017

Febrero, 2016

La librería

Fitzgerald, Penelope

La librería es una delicada aventura tragicómica, una obra maestra de la entomología librera. Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en 1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por «lo que no tiene». Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. 

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Imagen de Azafrán

La protagonista de esta historia no es la librería que Florence Green acaba de abrir en una casa abandonada, cerca de la playa en Hardborourgh, un pueblo pequeño en la costa sur de Inglaterra.

La casa que compró Florence Green, para establecer su negocio de libros, llevaba cerrada muchos años; es muy húmeda y hasta tiene su propio fantasma.

 Es más bien la historia del desafío involuntario con el que Florence Green, al abrir la primera librería en un remoto pueblo, se enfrenta a las caprichosas decisiones de una clase social que se considera con el derecho a determinar lo que es conveniente para esa pequeña comunidad.

Florence Green, viuda, decide emprender un negocio. Es la forma de afrontar su soledad. Pero se topa con los poderes fácticos que discrepan de la oportunidad de abrir ese negocio en Hardborough. Encabezando la ofensiva, Violet Gamart, la esposa del rico del lugar. En la banda contraria el señor Brundish, el estamento más próximo a la nobleza inglesa que vive enfermo y aislado en su mansión y que se constituye en el único amparo de Florence Green.

La relación, al principio solo epistolar, entre el solitario y enfermo noble inglés y la librera se estrecha debido el amor de ambos a la literatura.

Pero quiso Penelope Fitzgerald que la historia se desarrollase en el más estricto respeto a los convencionalismos sociales y que esa relación no tuviese el final feliz que hubiese sido un decisivo espaldarazo a la librera: el matrimonio entre personas pertenecientes a clases sociales tan distintas no era fácilmente aceptado.

Por la librería pasan personajes deliciosos por su ingenuidad y otros que actúan como verdaderos espías de Violet Gamart.

La lectura de esta obra de Penelope Fitzgerald deja un poso de ternura y de serenidad, aunque el final no sea el que los lectores hubiésemos escrito para una librera, Florence Green, que ha encontrado un sitio en el imaginario del lector.

Imagen de JavierCanals

Esta novela de la escritora inglesa Penelope Fitzgerald ha servido de base para el guión de la película española con el mismo nombre, que se estrenó hace unos meses y ha ganado varios premios a nivel nacional. No he visto la película, pero la novela puedo recomendarla sin reparos. Publicada en 1978, la novela relata con un estilo lineal y exento de estridencias la aventura empresarial de Florence Green, una viuda que decide abrir una librería en una pequeña localidad de la costa oriental de Inglaterra en el año 1959. La obra describe las dificultades que encuentra —incluyendo una casa encantada, la oposición de una dama con gran influencia en el pueblo y la reticencia de los lugareños— y el apoyo que recibe de una joven rebelde y de un huraño habitante.
Como dice Sabina en una de sus canciones, “emociones fuertes, buscadlas en otra canción”. La novela vive precisamente de la ausencia de emociones. El lector se identifica sin duda con la emprendedora viuda y toma partido en sus vicisitudes, pero con la misma ecuanimidad con la que reacciona la Sra. Green, que se pliega al destino y solamente al final emite un juicio sobre sus conciudadanos.

Imagen de Tusitala

Con un estilo sencillo y sin artificios pero efectivo, La librería nos sumerge en la vida de Florence Green, una mujer de mediana edad, viuda y sola, la autora sentía predilección por los outsiders y esta novela no podía ser una excepción, que decide abrir una librería en un pequeño pueblo del este de Inglaterra, bañado por las aguas del mar del Norte; el ambiente salobre y húmedo llega a ser un personaje más de la novela. En un principio, la protagonista se nos presenta como un ser en apariencia frágil y vulnerable, pero a medida que avanza la historia nos va dando sobradas muestras de ingenio y coraje, no dudando en luchar contra viento y marea por hacer realidad su sueño. Poblada por unos secundarios excéntricos y maravillosos, hasta un poltergeist anda aporreando por sus páginas, y con una miríada de pinceladas humorísticas diseminadas a lo largo de toda la narración, la obra retoma un tema ya tratado por Balzac en su novela corta El Cura de Tours, la mezquindad de la vida provinciana, llena de intrigas y conspiraciones a pequeña escala, que termina siempre por devorar a sus mejores hijos. Incluso parece que la escritora le hace un guiño al descomunal autor de La comedia humana, con la elección del nombre de la villana de su historia, la maquiavélica señora Gamart, en clara referencia a mademoiselle Gamard, la perversa anfitriona del cándido abate Birotteau en la nouvelle de Balzac; apellidos casi idénticos, quizá porque frente a la creatividad y exuberancia inherente a toda manifestación del bien, el mal siempre resulta igual de ruin y miserable. 

Imagen de polvorista

Novela breve que cuenta la iniciativa que tiene la protagonista por poner una librería en un local deshabitado de un pueblo perdido de Inglaterra y la oposición, por diversos motivos e intereses personales de algunos de los habitantes con más poder. 

Imagen de acabrero

Sólo añadiría que hay un cierto tono pesimista en el planteamiento de la historia, como si la autora o la protagonista no creyeran demasiado en la posibilidad de crecimiento de la Humanidad. Se refleja así el ambiente de un pueblecito, con todas sus pequeñeces, de espacio y de espíritu. El ambiente pueblerino de los personajes demasiado pegados a sus intereses y a sus rutinas, salvando, claro está, a la protagonista, que sabe salir de esa pequeñez.

Imagen de Ran

¿Qué añadir a las reseñas de csegade y Porto?
La autora nos presenta un relato lineal, que se lee bien. El personaje central está bien caracterizado, y la historia, sencilla y sin recovecos, convence. Refleja muy bien el ambiente de un puebliño con sus virtudes y carencias.

Imagen de Porto

Es muy alegre su lectura, sencilla, entrañable y los personajes son claros. La sociedad rural inglesa es como las de todo el mundo y los sucesos que se narran podrían haber ocurrido en muchos lugares con personajes similares, pero el encanto está en la forma de contarlo, sin prisas haciéndose eco de la calma del ambiente rural provinciano