El Profesor Richard J. Bernstein dialoga en este sugerente trabajo con grandes filósofos contemporanéos sobre el problema de la violencia, bajo el prisma de Hannah Arendt “pensar sin barandillas”, es decir sin límites, ni cortapisas, intentando entender las posiciones ajenas, en definitiva, en un intento de descubrir la verdad filosófica o, al menos, acercarse a ella: “Pensar sin barandillas quiere decir abrirse paso entre las nociones preconcebidas que nos han sido legadas por las tradiciones de pensamiento dominantes y encontrar nuevas maneras de abordar los problemas que nos aquejan” (11).