La elección de Dios (Weigel)

La elección de Dios toma ya partido desde el título. Frente a los que consideran que la elección del Papa es un asunto meramente humano, Weigel se decanta por la acción del Espíritu Santo que, a través de los cardenales reunidos en cónclave, designa al que ha de ser sucesor de Pedro y guía de la Iglesia. A partir de ahí desentraña, con estilo ágil y enjundia las claves del pontificado de Juan Pablo II y nos introduce a la figura de Benedicto XVI.

Weigel es también analista, no sólo historiador. De ahí un valor añadido de este libro. No sólo se dedica a contarnos los últimos días del anterior Papa sino que nos habla de su legado, con la gran defensa que hizo de la libertad y de la dignidad de la persona y nos indica cómo queda la Iglesia a la muerte de Karol Woityla. A partir de ahí y después de presentar un reportaje sobre las deliberaciones del cónclave en que fue elegido el Cardenal Ratzinger como Papa, realiza una descripción de la personalidad y trayectoria de Benedicto XVI. Finalmente sugiere, con su clarividencia habitual, el influjo que el nuevo Papa puede traer a la Iglesia y al mundo.
 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Criteria
304
978-84-934669-3
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.666668
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Género: 

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Imagen de almudena

El periodista norteamericano hace un estudio exhaustivo de la historia de la Iglesia en la época contemporánea. Parte del Concilio Vaticano II, aunque se centra en la época que va desde 1978 al año 2005. Los acontecimientos centrales son la muerte de Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI. Es minucioso y aporta abundante documentación: citas, entrevistas, declaraciones, referencias culturales, históricas e incluso jurídicas.
A partir del profundo estudio de la vida de Juan Pablo II que hizo el autor en su libro “Testigo de esperanza”. Destaca la figura del Papa cercano. Porque su vida está unida al sufrimiento, y este ha formado un hombre de corazón grande. Porque tiene una mirada misericordiosa. Porque se preocupa por todos y quiere ir a ver y animar a todos a cualquier parte del mundo. Porque se ha empeñado, con 482 canonizaciones y 1332 beatificaciones, en insistir en que la santidad es para todos.
Sitúa el momento histórico mundial para hablar de la Iglesia que deja Juan Pablo II. Una Iglesia que frente a la crisis del hombre, propone el humanismo cristiano. Una línea de pensamiento que se hace patente en los Documentos Pontificios más importantes. La actuación del Papa fue clave en la defensa de la sociedad libre, con su freno al comunismo y a los sistemas totalitarios, así como su apoyo a las democracias.
Define a Benedicto XVI como hombre inteligente, discreto y sencillo. Hace un recorrido por las fuentes y corrientes que influyen en su pensamiento filosófico y teológico, así como sus líneas de estudio. Su actuación como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, le ha dado una imagen de dureza. Por cuestiones que la prensa sensacionalista ha procurado convertir en escándalos. Da una explicación abundante del desarrollo del Cónclave y la elección de Benedicto XVI.
En la Misa de inauguración de pontificado Benedicto XVI expuso sus líneas de actuación. La labor que la diplomacia Vaticana hace desde el punto de vista del derecho internacional, parece que es una vía para que la Iglesia trate de influir con su doctrina en la actuación de los Estados.
Tal vez se echan de menos algunas referencias a la espiritualidad que mueve a un Papa. Algo que está lejos de la obligación, el sentido de responsabilidad o la solidaridad sin más. Es una biografía y un documento histórico muy pormenorizado. Una aportación muy importante a tener en cuenta a la hora de explicar esta época, sobre todo por la referencia a los múltiples escritos y documentos así como entrevistas a los personajes más importantes.

Imagen de tajamata

El merito del libro es que está escrito desde la óptica católoca,pero muy a ras de suelo,esto es,para todo el mundo. No tiene pelos en la lengua a la hora de denunciar las presiones periodísticas y políticas que intentan siempre influir en la Iglesia,precisamente por quienes se ufanan de que el catolicismo es una criatura moribunda y que no tiene ningun interes para la humanidad actual.
Es rapido,agil,escrito por un periodista,que no tiene intención de hacer arte,sólo comunicar la verdad sobre la Iglesia que el bien conoce.

Imagen de enc

Antes del Concilio Vaticano II la fe católica se trasmitía a través de los catecismos, de los maestros católicos, de las devociones y la piedad popular, de los libros de espiritualidad y el ejemplo de los santos. A partir del ya lejano 1965 todo aquello desapareció y sólo quedó el silencio, la impresión de que todo había cambiado para no volver a ser lo mismo y un telón de fondo de voces discordantes, los llamados "teólogos", de los que san Josemaría Escrivá decía que no lo eran ya que no conocían ni el catecismo de la doctrina cristiana. Sin embargo, poco a poco, empezaron a oirse voces nuevas; voces que se dirigían al pueblo cristiano y "hablaban con autoridad, no como los escribas y fariseos". El primero de ellos fue el ya citado san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei; en Italia Dom Luigi Giussani, de Comunión y Liberación; Karol Wojtyla, Arzobispo de Cracovia, que subió al solio pontificio con el nombre de Juan Pablo II; el Arzobispo de Municho, Josep Ratzinger, que acompañó a Juan Pablo II como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y le sucedió en el papado con el nombre de Benedicto XVI; y, en Francia Jean-Marie Arón Lústiger, Arzobispo de París desde 1981. No fueron todos iguales; nadie se podrá comparar a S.S. Juan Pablo II dada la misión que Dios le confió en su Iglesia, sin embargo encontramos entre ellos elementos comunes: El tiempo y las circunstancias que les tocaron vivir, una formación humana amplia, su lealtad a la doctrina y la tradición de la Iglesia junto con un modo nuevo de mirar a la humanidad, el mundo y las realidades terrenas, como algo que había que llevar a Dios intelectual y materialmente. Ellos fueron como aquel padre de familia, del que nos habla el Evangelio, que de su repuesto sacaba cosas nuevas y cosas viejas. No rechazaron los medios de transmisión de la cultura para dar al mundo"razón de su esperanza". "La elección de Dios" es un libro de entrevistas con el Arzobispo de París realizado por dos periodistas agnósticos: Missika y Wolton. Se publicó en Francia en 1987 y en España en 1989. Lústiger cuenta en él su conversión y ordenación sacerdotal, sus estudios de Psicología en la Sorbonne y los diez años que pasó trabajando con estudiantes en el Centro Richelieu de París, de su trabajo parroquial y episcopal. Pero sobre todo, al hilo de su propia historia, nos habla de las crisis que le tocó vivir: la crisis de la Francia republicana durante la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Argelia, mayo del 68 que él vivió siendo capellán universitario, la crisis de los regímenes comunistas, que ya se entreveía en 1987 y tuvo lugar en 1989, y sobre todo, la crisis de la modernidad, los hombres que han entronizado la razón y la libertad pero carecen de fe y esperanza, no creen en el pecado pero tampoco encuentran soluciones para el mundo. Los periodistas le interrogan por la crisis de la Iglesia: vocaciones, parroquias, confusión doctrinal y la sensación de los católicos de haber experimentado una ruptura no deseada con todo lo anterior. No muchos Obispos se hubieran atrevido, en aquellas fechas y aún hoy, a decir que la reforma litúrgica se hizo de un modo precipitado. Hoy sabemos que también el Cardenal Ratzinger pensaba que nunca debió excluirse el latín de la Liturgia, conviviendo con la lenguas vernáculas. La reforma litúrgica no fue el fruto más importante del Concilio, que sólo aprobó unos principios para su renovación, pero fue la que dió el tono a la aplicación del mismo, ya que se implementó en primer lugar y con una mentalidad rupturista. Sorprenden los conocimientos, la coherencia verdaderamente francesa y el vigor con los que el Cardenal expone sus puntos de vista. Jean-Marie Lústiger falleció en agosto de 2007.

Imagen de apuleyo

Es un libro ameno e interesante, escrito por el autor de la, hasta ahora, mejor biografía sobre Juan Pablo II, "Testigo de esperanza". De hecho, la primera parte del libro realiza un recorrido panorámico por todo el pontificado de Juan Pablo II, analizando sistemáticamente sus logros y deteniéndose incluso en los retos que, según el autor, no terminó de conseguir y que considera que el actual Papa ha de afrontar. La descripción de los días previos y posteriores a la muerte del Papa polaco atrapa, se nota el buen oficio periodístico de Weigel. Asimismo, los preparativos del Cónclave, el análisis de esas jornadas, va conduciendo al lector a la consideración de que, por más que intervengan los hombres, en este caso se trata de una elección de Dios. Humanamente, Ratzinger tenía pocas posibilidades de ser elegido Benedicto XVI. Otra parte interesante analiza el "curriculum vitae" de Ratzinger hasta llegar a la cátedra de San Pedro, terminando con los retos a los que se enfrenta su pontificado, algunos de ellos no terminados por su magno antecesor. Termino con la idea con la que empecé: vale la pena leerlo, es para un amplio público, no es necesario ser un consumado "vaticanólogo", muy interesante.