Vida después de la vida

Este libro marcó un hito en occidente, al reabrir el debate sobre la supervivencia de la conciencia después de la muerte. Es fruto de las entrevistas de Moody con un grupo de personas que habían tenido sido declaradas clínicamente muertas y habían sido reanimadas. El libro intenta exponer el patrón que se encuentra en la base de las experiencias cercanas a la muerte. Escrito con objetividad, se lee con agrado y agilidad.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2002 Edaf
214
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Este libro reabrió en occidente el debate sobre la supervivencia de la conciencia después de la muerte. En este sentido fue todo un hito, y la popularidad de este estudio rebasó todos los límites de lo esperado e imaginado. Hoy, treinta años después de que fuera publicado por primera vez, su actualidad sigue siendo la misma, y la sola mención del título trae al recuerdo de muchas personas toda la apertura que el trabajo de Moody trajo consigo.

A pesar de su fama y popularidad, que podría hacer pensar que el libro tiene una vertiente efectista, esta es una obra de una notable calidad -de otro modo, no hubiera perdurado tanto tiempo. A su vez, el estilo es directo y llano, y se lee con agilidad. Aparte de la espectacularidad de algunos de sus pasajes, lo que llamó la atención de los lectores era que el libro de Moody reabría el interés y el debate acerca de los fenómenos extra-corporales que acontecen alrededor de la muerte. En esos momentos, la discusión sobre estas percepciones había desaparecido en el marco cultural occidental, con las Iglesias cada vez más orientadas a lo moral y a lo social, y la praxis científica negándose a dar crédito a las mismas -tachándolas de fenómenos alucinatorios-; la muerte era en realidad un tabú. Pero esta discusión no es ajena a la condición humana: como subraya Ernst Jünger, la palabra humanidad está estrechamente emparentada con el término inhumar -o sea, enterrar-; ya en épocas prehistóricas se erigían túmulos y monumentos funerarios, y el culto a los muertos se encuentra en la base de numerosas culturas.

Este estudio también cuenta con una discusión sobre la 'veracidad' de los relatos de estas experiencias cercanas a la muerte (ECM). Se discute una posible interpretación psicológica de la mismas, así como una visión de los cambios fisiológicos que acontecen en el cuerpo en momentos de gran estrés vital, o su posible relación con experiencias inducidas por fármacos; en cada una de estos apartados Moody expone su razones para considerar que el fenómeno no es fácilmente reducible a este tipo de explicaciones o razones, a la vez que relaciona las E.C.M. con antiguas tradiciones religiosas o relatos de místicos de varias culturas, que describieron pasajes similares a las personas que él entrevistó. De todas maneras, el libro se cierra con una declaración de modestia por parte del autor, que viene a decir: «Bueno, yo no soy teólogo; no soy más que un estudioso que ha recopilado narraciones de personas que han estado cercanas a la muerte, y las he expuesto en mi libro de la forma más honesta que he podido. Si bien de este trabajo no pueden extraerse conclusiones determinantes, sí que tiene un interés personal para muchos seres humanos, así como un interés profesional para médicos o sacerdotes.»

Imagen de enc

Raymond Moody, Doctor en Filosofía y en Medicina, comenzó a estudiar las experiencias "más allá de la vida" en 1972. El fenómeno del "espíritu separado" se puede producir cuando una persona está a punto de morir por una causa repentina pero reversible: Parada cardiaca, pérdida de una gran cantidad de sangre, shock anafiláctico, quemaduras, ahogamiento u otros. En ese momento el "yo espiritual" se separa del cuerpo y se convierte en espectador de lo que le rodea. La sensación es grata y no sufre dolor; ve pero no le ven, escucha pero no le oyen. Su cuerpo físico, inerte, se encuentra ahí, delante de él. De repente es absorbido por un túnel oscuro al final del cual está la luz. Un ser amable y luminoso le hace ver el conjunto de su vida y que ésta tiene un sentido de amor y conocimiento que debe completar. El entorno es agradable y los parientes y conocidos ya muertos acuden a saludarle. Momentos más tarde, gracias a los cuidados médicos, el espíritu vuelve a unirse al cuerpo y el sujeto sobrevive. Moody ha dedicado tres libros a recoger este tipo de experiencias: "Vida después de la vida" (1975), "Reflexiones sobre vida después de la vida" (1977) y "Más allá la luz" (1988). El autor es creyente, adscrito a la Iglesia Metodista americana, pero también científico. Cree en la existencia de otra vida después de ésta, pero reconoce que los fenómenos NDE (No Death Experiences) no constituyen una prueba científica. Estos son aleatorios y no se producen en todos los casos de proximidad de la muerte. En la apertura del segundo libro, Moody recoge un versículo de los Evangelios tomado de la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro: "Si no escuchan a Moisés ni a los profetas, tampoco les convencerá alguien que se levante de entre los muertos". La lectura de los fenómenos de "vida después de la vida", que tan satisfactoria puede ser para el creyente, pueden dejar indiferente a aquel que ya ha excluido de su corazón la existencia de otra vida. De acuerdo con los testimonios recogidos por Moody, los fenómenos NDE tienen como efecto, para aquellos que los sufren, quitar el miedo a la muerte, reordenar las prioridades para el futuro y un deseo de aprovechar el tiempo en cosas que valgan la pena. En sus relaciones con los demás se vuelven más amables y equilibrados. El libro es de fácil lectura, se recogen múltiples testimonios personales muy interesantes y algunos no exentos de humor, como aquel que apareció en el infierno y al que dijeron: "Usted no es aquí".