La formación sacerdotal: Historia y vida

La evolución de la formación sacerdotal en EspañaEste libro propone un recorrido por la historia de la formación de los presbíteros en España, desde la época visigótica hasta nuestros días, con la intención de constatar que la formación de los sacerdotes ha sido objeto de atención constante por parte de la Iglesia. En la pr imera parte establece los precedentes históricos, señalando las respuestas que se dieron hasta la Edad Media a la necesidad de instruir a los jóvenes que sentían la llamada de Dios, para que afianzaran sus virtudes y conocieran más a fondo las exigencias de su vocación. A continuación el libro repasa la historia de los seminarios en España, desde Trento hasta nuestros días, señalando la influencia que tuvieron en su desarrollo los distintos concilios y el impulso de figuras fundamentales, como Juan de Ávila, Carlos Borromeo, Josemaría Escrivá o los últimos papas. El resultado es una obra de consulta imprescindible para todos aquellos que quieran conocer en profundidad la evolución de la formación sacerdotal en nuestro país.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2014 San Pablo
312
9788428546072
Valoración CDL
3
Valoración Socios
4
Average: 4 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

Género: 

Comentarios

Imagen de cdl

La fecunda colaboración de esos dos conocidos historiadores de la Iglesia ha dado un nuevo fruto, que será útil para todos los que tienen relación con la formación de los sacerdotes. Como es conocido, saber de dónde venimos es siempre útil para conocer y juzgar dónde estamos, y para prever adónde vamos. El sacerdocio ministerial, don y misterio, es una vocación divina que asienta en un componente humano, necesitado de formación en varios aspectos de su vida. Para responder a la llamada y entregarse al servicio se necesita una formación siempre creciente.

Predicar la Palabra de Dios y administrar los sacramentos no es un trabajo más, de los que requieren instrucción y mantenimiento o “puesta al día”. En un ministro de Dios se implica de tal manera lo humano y lo divino, que todo lo que sea poner esfuerzo para formarse humanamente es facilitar el terreno para que la gracia divina fructifique. Como la vocación sacerdotal es una luz divina que se descubre en la oración y en el acompañamiento espiritual, en ambos ámbitos se fortalece.

El libro se propone enmarcar los grandes hitos de la formación sacerdotal, en las diversas circunstancias que la nave de la Iglesia ha atravesado, pero centrándose principalmente en España. La Introducción del libro describe los seminarios diocesanos como “el lugar donde esas almas se preparan para la tarea, maduran en el conocimiento de la doctrina y en el conocimiento propio y se ponen las bases de su maduración espiritual” (p. 7). Están presentes en todo el libro las cuatro dimensiones de la formación: humana, espiritual, intelectual y pastoral.

En la primera parte del libro, los autores tratan de los “precedentes históricos”: los primeros siglos de la Iglesia en Hispania, la época visigoda y medieval, los colegios universitarios, con un especial apartado dedicado como es lógico a san Juan de Ávila.

Después, la segunda parte, titulada “el seminario conciliar”, trata de cómo se incorpora y lleva a la práctica el correspondiente decreto del concilio de Trento, tanto es España como en América, con capítulos relativos al Barroco, la Ilustración y al siglo XIX.

Por último, la tercera parte estudia “el seminario moderno”, con varios capítulos dedicados a la primera mitad del siglo XX (con las figuras que marcaron el camino de la renovación de los seminarios), al concilio Vaticano II y a los tres últimos Papas. No se puede olvidar la influencia de la Ex. Ap. Pastores dabo vobis, ni que uno de los últimos documentos promulgados por Benedicto XVI fue el Directorio para el ministerio y vida de los presbíteros.

En la conclusión del libro se recuerda la conocida cita de santo Tomás de Aquino: “Dios nunca dejará de enviar a su amada Iglesia sacerdotes idóneos y suficientes, con tal de que se promueva a los dignos y se rechace a los indignos”. La formación sacerdotal de los seminarios proporciona esa ayuda al discernimiento vocacional, al crecimiento en las virtudes, al conocimiento y amor de Dios. La llamada universal a la santidad, recordada por el conc. Vaticano II, ha calado poco a poco en la vida y pastoral de los seminarios, donde se establecen la base espiritual de los futuros sacerdotes, llamados a ser los impulsores de la santidad del pueblo fiel.

Javier Rodríguez

F. MARTÍN HERNÁNDEZ, J.C. MARTÍN DE LA HOZ, La formación sacerdotal. Historia y vida, ed. San Pablo, Madrid 2014.