La evangelización de los católicos

Es un hecho. Ser cristiano es ser un evangelizador. Cuando la Iglesia Católica nos llama a una "nueva evangelización", es simplemente un recordatorio de la misión que a ti y a mi nos ha sido encomendada. La nueva evangelización del siglo XXI está hoy dirigida no solo a los no bautizados , sino también y muy especialmente a los bautizados inmersos en la fuerte secularización actual y que están siendo descristianizados. La buena noticia es que tú puedes hacerlo y Scott Hahn te muestra como llevarlo a cabo. El objetivo de este libro es explicar en qué consiste esa misión y como realizarla. Una excelente guía para ayudarte a entender y vivir lo que significa ser católico evangelizador. "No podrás mantener tu fe sin transmitirla"

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2015 Palabra
224
978-84-9061-179

Subtítulo: Manual para la misión de la Nueva Evangelización

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Imagen de Cayetano Lopez

El autor define la evangelización – la nueva evangelización de los católicos – como algo que “tiene que ver con los amigos, la familia, los compañeros de trabajo que se relacionan unos con otros y proclaman la verdad de Cristo con todos los medios a su alcance; …” Ya que la crisis de práctica en el mundo de los católicos es una realidad, la nueva Evangelización “debe invitar a creyentes y no creyentes no solo a creer en Cristo, sino a vivir en Cristo”

El plan de acción que resume los prolegómenos de esta demanda eclesial urgente se halla reflejada en la encíclica “Lumen Fidei” que inicia a escribir Benedicto XVI y finaliza el papa Francisco.

Estos prolegómenos los sitúa el autor en el Movimiento Kerigmático de los años 50 del siglo XX y en los textos del Concilio Vaticano II y en el impulso del fervor evangélico del papa Pablo VI. Fue el papa Juan Pablo II quien en junio de 1979 hace un llamamiento universal a una nueva evangelización para el nuevo milenio en Nueva Huta, Polonia y lo repitió en 1983 ante el Consejo Episcopal Latinoamericano en Puerto Príncipe, Haití concretando el significado de su llamamiento de cuatro años antes.

Todo ello queda confirmado en el punto 1285 del Catecismo de la Iglesia Católica cuando afirma que los bautizados y confirmados son “auténticos testigos de Cristo … y quedan obligados, aún más … a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras” En ese “aún más” se fija el autor para afirmar que no basta con el necesario testimonio de la conducta y hay que pasar a la explicación de la fe y su consecuencias en la vida cotidiana centrándose en lo esencial de la fe que es el amor, “una relación de amor con una Persona, con Jesucristo”

Nuestras palabras se convierten en juez de nuestros actos; de ahí el dicho de que obras son amores y no buenas razones. Al compartir la fe, la fe se extiende y mediante nuestro testimonio de fe, ésta se perfecciona. De esta manera se va solucionando la problemática de la crisis eclesial: se cristianiza la sociedad. Y este plan es para toda la vida porque el final de la evangelización es el Cielo y al Cielo se llega a través de la muerte. En las páginas 68 y 69 hace el autor un bello paralelismo de este proceder con el enamoramiento humano.

¿Cómo poner en marcha todo este proceso? El autor propone centrarse en la proclamación de una persona: Cristo, como refleja la vida de los primeros cristianos y se puede desprender de los cuatro evangelistas, sobre todo, de Mateo y Juan: nuestro encuentro con Dios es a través de Jesucristo que nos amó. Cristo fue palabra y testimonio.

Se fija el autor en la familia; como la familia cristiana fue haciendo florecer el cristianismo mientras el paganismo declinaba. Fue lo cotidiano lo que cambió la sociedad en los primeros tiempos de la Iglesia. La amistad es como la continuación de la familia.

Lo que atrae a la mayor parte de la gente es ver al catolicismo como un modo de vida: ver la fe encarnada en una familia.

Sin embargo, la evangelización fue recluyéndose en los ambientes eclesiásticos y pasó a ser un ministerio de los clérigos hasta que después del Concilio Vaticano II muchos laicos creyeron que la llamada al apostolado recogido en la “Apostolicam actuositatem” era una invitación a encargarse de diversas funciones de la liturgia y se convirtieron en ministros extraordinarios de la comunión, de las lecturas y abogaban por que se dieran más funciones al laicado. Mientras tanto, los clérigos hacían justo lo contrario entendiendo que el compromiso con la cultura les exigía despojarse del atuendo clerical y ceder su papel al laicado en las funciones litúrgicas.

Hay que volver a los principios iniciales a través de la Iglesia y de un profundo sentido de la filiación divina que haga encarnar en la propia vida, la vida de Cristo; después, extender esta fe en la Universidad, en los medios de comunicación, conferencias, ejercicios espirituales, … que son la centralidad de los nuevos movimientos laicales.

A continuación, procede a resumir el contenido de esa Evangelización de los católicos desgranando el contenido de la fe católica:

Caída y naturaleza del pecado
La expiación: Cristo/Dios nos salva
La familia de Dios: de la Trinidad a la Iglesia
Cena y sacrificio
El amor
Cierra el libro con la Pascua y la Cruz; su vinculación y la explicación mutua que se dan la una a la otra: Pascua de la nueva alianza y sacrificio de una víctima por amor. Y el sacrificio se convierte en sacramento por la resurrección: vida para todos nosotros.

Efectivamente, el autor cumple con el objetivo anunciado en el subtítulo de la obra y ésta constituye un auténtico manual para aquel cristiano que se sienta compelido a la misión de la Nueva Evangelización.

Imagen de acabrero

Scott Hahn, con la soltura habitual de sus escritos, nos introduce en un tema que, para muchos, puede parecer conocido. Sin embargo es de gran interés el tratamiento sistemático que realiza sobre lo que los últimos pontífices propugnan bajo el título “Nueva evangelización”.  ¿De qué se trata? ¿Qué se espera de nosotros? La lectura pausada y meditada de estas páginas da muchas ideas para el día a día de aquellas personas que se consideran seguidores de Jesucristo y que saben que deben dar ejemplo, hablar de Dios, llevar a los amigos a la felicidad de estar en el buen camino.