Un pueblecito: Riofrío de Avila

El autor ha comprado en una feria de libros antiguos una obra, publicada en 1791, por don Jacinto Bejarano Galavís, cura párroco en un pueblo de Ávila.

Bejarano, hombre culto, licenciado en Salamanca, amante de los clásicos, de las bibliotecas y las amenas tertulias ejerce su ministerio en un diminuto y aislado pueblo de montaña: Riofrío de Avila. Con prosa y humor que agradan a Azorín, el clérigo pone por escrito sus reflexiones, venturas y desventuras en la localidad. Azorín manifiesta su admiración por el estilo literario del clérigo y comparte su simpatía por una vida dedicada a los libros.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1980 Espasa Calpe - Colección Austral
152
84-239-0611-6

Original de 1946.

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Se comprende la abundante producción literaria de José Martínez Ruíz, Azorín, cuando sólamente con los comentarios a un libro ajeno es capaz de elaborar uno propio. El autor pone de manifiesto su simpatía por el clérigo que, un siglo atrás, había escrito sus reflexiones sobre la estancia en un pueblecito aíslado. Como siempre, Azorín se complace en la descripción de los paisajes y personajes. La prosa de este autor se disfruta aunque inmediatamente se olvide lo leído. Sorprendentemente incluye valiosos comentarios sobre el estilo literario y los libros.

Sobre el estilo -vale la pena consultarlo- recomienda claridad, sencillez en la exposición y orden. "Todo debe ser sacrificado a la claridad" -afirma Azorín, y Bejarano corrobora: "Más vale ser censurado de un gramático que no ser entendido". El que no escribe con claridad -concluyen al unísono- es que no piensa con claridad. Sobre el hábito de leer, Azorin considera que su ya desaparecido interlocutor ha sido víctima de su afición por la lectura. Leer más...