Las aventuras de la abeja Maya

Maya es una abeja muy especial. Quiere conocer el mundo, y no pasar su vida recogiendo miel y llevándola a la colmena. Es pura alegría. Lo que más desea es conocer al ser humano, del que tanto ha oído hablar. Es tierna y algunas veces algo ingenua, pero su gran corazón le ayuda siempre a salir de los embrollos en los que se mete por su afán de aventura.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2019 Nórdica
174
978-84-17651-88-6

Ilustraciones de Ester García

Traducción de Isabel Hernández
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Relato infantil sobre las aventuras de la famosa abeja Maya. Un radiante día de primavera, nació la pequeña abeja y, desde el primer momento, la anciana Casandra (que prepara a las abejitas para su primer vuelo) se da cuenta de que es un ser excepcional y diferente. Maya no quiere ser como las demás abejas y trabajar cosechando  miel para toda la colmena; su deseo es conocer mundo, salir al exterior y contemplar el paisaje, los jardines, el lago y, sobre todo, relacionarse con los humanos: “mi corazón está hecho para la alegría y las sorpresas, para las emociones y las aventuras” (p. 16). De esta forma, comienza un viaje iniciático de formación y descubrimientos en el que se relacionará con todo tipo de insectos (el escarabajo de las rosas, el moscardón azul, la mosca, el saltamontes, la libélula, la mariposa…) y aprenderá una lección de cada uno de ellos, porque “la experiencia es el mayor de los bienes” (p. 41).  

Desde el punto de vista narrativo, el relato se atiene a las principales características de los cuentos populares infantiles: el tiempo es progresivo y lineal; los hechos son acumulativos (se pueden añadir más o suprimir alguno sin alterar el hilo de la trama), y además se pueden leer como episodios independientes; y la voz del narrador en primera persona (“voy a contar sus vivencias”) recuerda a los cuentistas orales que representaban sus historias ante un variado público. También como es propio de las fábulas o cuentos de animales, todos los insectos están personificados: sus patitas delanteras funcionan como manos y brazos, pueden hablar y se comportan como los seres humanos. La mayoría de ellos puede representar en el episodio correspondiente una cualidad, una virtud, un defecto, así vemos la maldad de la araña, la crueldad de la avispa, la belleza de la mariposa, la generosidad del escarabajo, la astucia de la mosca. De todos ellos, Maya aprenderá sabias lecciones que la convertirán en una abeja adulta magnífica y fuerte: “Y, en el fondo, la pequeña Maya… y su percepción del amplio mundo, tan hermoso, estaba determinada por un legítimo deseo de saber y por la gran alegría de ver las maravillas de la creación” (p. 105).   

Con un elegante estilo literario y un lenguaje muy poético, en el que se insertan algunos poemas y canciones, destacan las preciosas descripciones de todos los lugares por los que pasa Maya: prados, bosques, ríos, lagos, y la presentación minuciosa de todo tipo de flores e insectos. Su autor, el alemán Waldemar Bonsels (1880-1952), es hoy conocido en todo el mundo por este único relato infantil publicado por primera vez en 1912. Especialmente, la abeja Maya se hizo famosa con la célebre serie japonesa de dibujos animados que se emitió en televisión a partir de 1975. En cuanto a las ilustraciones de la edición actual, son obra de Ester García, que da su propia versión del personaje: una visión dulce y antropomórfica, llena de colores y de preciosos detalles, para conocer mejor a Maya y su mundo.