Irene y el aire

Este libro es el relato de una promesa: que vas a ser padre. La historia de la Humanidad avala el cumplimiento de lo prometido, y un embarazo es indistinguible de otro embarazo. Pero cada nacimiento es una epopeya, a veces dramática, casi siempre feliz, llena de inquietud, humor, significaciones sociales y miedo, mucho miedo. Un largo camino extraordinario hasta que el niño «toca el aire».

Con una honestidad minuciosa y bellísima, Alberto Olmos ha escrito una novela sobre el embarazo desde el punto de vista más modesto: el de un hombre que trata de no molestar demasiado. Una carrera de obstáculos repleta de clases preparatorias al parto, términos inverosímiles, pánicos primigenios y visitas obligadas a IKEA.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Seix Barral
192
978-84-322-3702-7
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.5
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Imagen de amd

Relato "personal" sobre el proceso de embarazo de su novia y el nacimiento de su hija Irene. Como ha afirmado el autor Alberto Olmos, “en las obras sobre la maternidad, no se pone en primer plano el embarazo o el parto y yo me preguntaba cómo podía ser que eso no estuviese narrado”. Así pues, en esta novela, narrada en primera persona por un personaje que nunca debe confundirse necesariamente con el autor, un hombre de mediana edad cuenta la experiencia del embarazo de su novia y la aventura de ser padres en el mundo actual. Dividida en dos partes, en la primera se hace una parodia de algunos aspectos de la vida moderna (o postmoderna) ante la maternidad: el cambio en la relación con los amigos que miran a la pareja de otra manera, con suspicacia; las largas visitas a Ikea para comprar lo “imprescindible”; la invisibilidad del padre en las actividades de preparto, siempre dirigidas en exclusiva a las madres.

En la segunda parte, la acción se precipita y sobreviene el parto con malos augurios: la presencia de sangre en la madrugada, las equivocaciones hacia las urgencias del hospital, el deterioro de la sanidad pública, las complicaciones del parto. Todos los planes que habían preparado minuciosamente sobre el parto natural, sin anestesias, en piscina, etc., se vienen abajo y solamente queda la realidad del hospital público: “Era todo entre años setenta y tercer mundo, mitad misérrimo, mitad extranjero, como hecho a mano y con mala letra. Horrible, se puede leer en el cuaderno” (p. 132).

En conjunto, con rasgos de humor y mucha ironía (como es frecuente en la literatura de este autor), en la obra se hace una crítica a cuestiones concretas de la sociedad actual y a su forma de plantearlas. Aunque en algunos momentos no es fácil la empatía con su forma de presentar el discurso, nos quedamos con algunas ideas importantes de la narración: “Es lo que pasa con tener hijos, que dejas de ser lo más importante y te das cuenta de la vanidad en la que vivimos”, y esto no siempre es fácil de superar.

Imagen de José Ignacio Peláez Albendea

Alberto Olmos, escritor y periodista, padre primerizo, ha escrito una narración sobre el embarazo y la belleza de traer al mundo un hijo, en concreto en este caso, una hija. Lo escribe desde el punto de vista del padre que le gustaría no molestar mucho y pasar lo más desapercibido posible.

Desde el punto de vista literario es, como otros libros suyos, una prosa de alta calidad literaria: ajustada, casi cortante, con metáforas sorprendentes, muy contemporánea, sin un calificativo de más, sin una concesión a la emoción, y a la vez, llena de ternura y sobre todo, de verdad. Es un alegato lleno de rotunda autenticidad a favor de correr el riesgo de traer al mundo una nueva vida, sin ocultar los temores de unos padres primerizos, es más, mostrándolos con toda su crudeza y hermosa realidad.

Es un alegato a contracorriente de algunos amigos y de determinados ambientes que se presentan como dominantes, que pretenden ser la única opción moderna de una vida feliz (véase la colección de titulares de El País recogidos en un hilo muy curioso en twitter: “No tengas hijos y serás feliz”, “Mejor solteros que casados”, “El segundo hijo te hará la vida imposible”). Y lo hace desde una perspectiva rebelde, apolítica, de una nueva cultura sin etiquetas de izquierdas o derechas, que mira con respeto la realidad.

Olmos demuestra en este libro de alta literatura que vale la pena la aventura de la maternidad y la paternidad.

Imagen de enc

Recientemente he escuchado una frase que me ha encantado: Los hijos nos hacen mejores.