La oración de Tamen

Nace el 2 de enero de 1944 en Gerona, España. Primogénita entre nueve hermanos del matrimonio profundamente cristiano entre Joaquín Masramon –arquitecto catalán- y Carmen Ordis. En ese hogar aprende a vivir con naturalidad una serie de virtudes humanas que arraigan fuertemente en su alma. Transcurre su infancia y juventud en el austero ambiente de la posguerra civil española.  Recién casada se traslada a vivir a Santiago de Chile, en años muy difíciles para ese país. Regresó a España para más adelante volver a Chile.

En marzo de 2006, le descubren un cáncer al cólon de carácter terminal que vivirá con una alegría, paz y heroísmo extraordinarios.

Después de su muerte fueron llegando decenas de testimonios de personas que se habían encomendado a su intercesión para obtener favores con buenos resultados.

Tamen tenía el firme propósito de hacer muy bien su rato diario de oración. Quería aprovecharla a fondo, que cada minuto fuese verdaderamente oración, tenía un deseo muy intenso de hablar con Dios, de tratar al Señor con enorme intimidad, de oír su voz, de identificarse con su voluntad, de convertir su enfermedad en un instrumento de redención. De ahí que sus ratos de oración los escribiera en sus cuadernos, ahora aquí publicados.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2021 Cobel
180
978-84-949920-7-0

De Carmen Masramón Ordis. Subt.: Apuntes de su oración durante su enfermedad.

Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.5
Average: 3.5 (2 votes)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

2 valoraciones

Comentarios

Imagen de acabrero

Tamen empieza a escribir en su cuaderno al saber que tiene una enfermedad grave, terminal. Es una decisión tomada como medio de centrarse. Quiere centrarse en Dios, acudir constantemente a Jesús, sabiendo que tendrá delante la cruz. Es ejemplar el empeño de esta mujer fuerte, dispuesta a ofrecerle a Dios todo. Lo va anotando en su cuaderno y, según los momentos de dolor, de incomodidad, se nota que le resulta más costoso expresarse bien. Por lo tanto no hay ficción ninguna ni deseos de enseñar; solo escribe su oración.