Iniciando en la oración

Aquí lo que se pretende es advertir a muchos buenos cristianos de que es importante en nuestras vidas hablar con Dios. No es lo mismo rezar que hacer oración.

El nombre que de modo habitual se utiliza para referirse a lo que estamos diciendo es oración mental. ¿Esto es muy raro? No. Somos seres de alma y cuerpo, pero Dios es espíritu y por lo tanto nos dirigimos a Él con nuestros pensamientos. No solo nos dirigimos a Él sino que Él se dirige a nosotros, y aquí está la gran novedad y la dificultad. Dios nos habla a nuestro espíritu, a nuestra mente, y nosotros lo escuchamos.

El libro responde bien al título y está pensado para personas de cualquier tipo que deseen tener un trato íntimo con Dios.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2023 Cobel Ediciones
94
978-84-124746-7-1

Edición en rústica, se lee con comodidad.

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Se trata, en este libro, sin más, de repasar unos cuantos puntos concretos importantes para saber bien qué es la oración mental o meditación. Habrá bastantes lectores que tienen experiencia de esa práctica tan importante, pero a quienes les puede servir para facilitar el aprendizaje a alguien que acaba de descubrir la posibilidad de hablar con Dios. Sirve para chavales de 14 o 15 años, hasta a no pocos jubilados, pasando por cualquier edad y circunstancia de la vida. Muy breve y asequible. Leer artículo >>

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Recientemente me ha venido a la cabeza un recuerdo de mi primera juventud. Volvíamos un día mis compañeros de clase y yo de una excursión; íbamos en autobús y alguien se sentó a mi lado. No puedo recordar cómo introdujo la conversación, pero me preguntó si hacía oración; yo entonces me consideraba un chico piadoso y le respondí que sí. La verdad es que algunos días, mientras me hacía la cama, rezaba algún misterio del rosario o procuraba hacer algo de oración. ¿Cuánto tiempo? -continuó el preguntón-, le contesté que unos cinco minutos. Pues ése, y me señaló a otro chico que iba en el mismo autobús, hace media hora. Le miré e iba positivamente serio, con lo cual deduje que hacía oración en aquel momento, pero lo curioso es que yo lo consideraba el chico más gamberro de la clase. Con el paso de los años tuve ocasión de tratarle; se ordenó sacerdote, vivió un tiempo en África y Dios se lo llevó muy pronto con Él. Con todo lo anterior quiero decir que la juventud es el mejor momento para empezar a orar, cuando el corazón está limpio y no nos pesan demasiado las ocupaciones de cada día.

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Libro muy útil, lleno de consejos prácticos. Tras explicar los distintos modos de orar, el autor se centra en la meditación u oración contemplativa y va orientando al lector sobre los pasos que hay que dar, lo que se debe cuidar de un modo especial y lo que se debe evilar, etc. Además, relaciona la vida de oración con las realidades cotidianas (familia, trabajo...). En los últimos capítulos, trata sobre la oración de Jesucristo, la de la Virgen, la Eucaristía y el Espíritu Santo. Al final de cada capítulo, se incluyen unos textos para meditar. Libro muy adecuado, tanto para quienes tienen ya cierto hábito en el trato con Dios como para aquellos que desean tenerlo, pero no saben como lograrlo. Luis Ramoneda