Aquí lo que se pretende es advertir a muchos buenos cristianos de que es importante en nuestras vidas hablar con Dios. No es lo mismo rezar que hacer oración.
El nombre que de modo habitual se utiliza para referirse a lo que estamos diciendo es oración mental. ¿Esto es muy raro? No. Somos seres de alma y cuerpo, pero Dios es espíritu y por lo tanto nos dirigimos a Él con nuestros pensamientos. No solo nos dirigimos a Él sino que Él se dirige a nosotros, y aquí está la gran novedad y la dificultad. Dios nos habla a nuestro espíritu, a nuestra mente, y nosotros lo escuchamos.