De baja por fatiga mental, nuestro elegante inspector Alan Grant, de Scotland Yard, viaja rumbo a Escocia para disfrutar de unas fugaces vacaciones en la granja de su prima Laura. Sus planes no van más allá de pescar en compañía de su primo pequeño Pat, tomarse la obligada «copita de antes de cenar» con Laura y su marido Tommy, o esquivar con disimulo a las variopintas candidatas solteras que su prima le presenta. Sin embargo, en el tren nocturno que lo conduce a su retiro, un hombre aparece muerto en un vagón. Tentado por las enigmáticas líneas de un poema garabateadas por el difunto en un periódico, Grant no duda en zambullirse en este inesperado caso, cuyo rastro lo conducirá hasta las remotas Hébridas Exteriores y más allá de los confines de la gris Britania.
No hay médico ni nervios que puedan frenar el instinto policial de este afable y certero inspector… Las arenas cantarinas es el último caso de Alan Grant, un misterio en el tren lleno de ingenio y humor británico, obra póstuma de una de las damas más singulares y entretenidas de la Edad de Oro de la ficción detectivesca.
| Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
|---|---|---|---|---|
| 2023 | Hoja de lata |
272 |
978-8418918414 |
Traducción de Pablo González-Nuevo |
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Novela policíaca, de crimen e
Novela policíaca, de crimen e investigación protagonizada por el célebre inspector Alan Grant, de Scotland Yard. Ambientada en Inglaterra en los años 30, en esta ocasión, se trata de la quinta y última novela de esta serie del inspector Grant, cuya trama se va a desarrollar en las tierras altas de Escocia y en las islas Hébridas. Hasta allí se traslada Grant para pasar una temporada de reposo tras algunos problemas de salud, pero, al bajar del tren, el revisor descubre el cadáver de un hombre en el apartamento B7. Lo que en principio parece un accidente, se convierte para el inspector en una obsesión que debe investigar tras el hallazgo de unos misteriosos versos: su intuición, siempre certera, le dice que en esa muerte hay algo más. Con la aparición de Bill Kenrick, piloto norteamericano que busca a un amigo desaparecido, la trama da un giro inesperado y se abren otras vías de investigación que conducen a un sorprendente final, característico de estas narraciones.
La autora de la novela es Josephine Tey (Inverness, 1896-Londres, 1952), seudónimo principal de Elizabeth Mackintosh, célebre escritora y dramaturga escocesa. En 1929, su novela policíaca The man in the Queue cosechó un éxito notable e introdujo a su personaje literario más famoso, el inspector Alan Grant, de Scotland Yard. Como ya hemos dicho, el inspector Grant protagonizaría en total cinco novelas y esta, Las arenas cantarinas, es la última de ellas, publicada en 1952, meses después de la muerte de la autora. Como en novelas anteriores, la trama se va focalizando en diversos sospechosos y diferentes vías de investigación hasta llegar a los verdaderos culpables, pues no solo hay “arenas cantarinas” en las playas de Escocia, sino también en otros países y en otros desiertos. Por ello, en este relato, además del análisis psicológico de los personajes, destacan sobre todo las descripciones minuciosas de los paisajes de Escocia, las playas del Atlántico y el archipiélago de las islas Hébridas que miran hacia el mítico “Tir nan Og”, el paraíso poético, la tierra de los eternamente jóvenes. Una obra entretenida, con frecuentes toques de humor, y recomendable para todos los lectores aficionados a la novela negra. Ana María Díaz Barranco