De la necesidad a la salvación

 

El profesor de teología moral durante muchos años de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Eduardo Camino, escribe un trabajo de investigación a pie de calle, con un planteamiento entre apologético y didáctico acerca del tratado de la salvación del género humano.

Es muy interesante, pues nuestro autor después de escribir trabajos importantes en el ámbito de la teología moral y desarrollar su docencia en la Universidad de la Santa Cruz de Roma con alumnos de todas las razas y lenguas y de culturas tan diversas, ahora, desciende en esta obra a los problemas del hombre de la calle, sobre todo de los jóvenes españoles, algunos todavía sin experiencia real de la vida y envalentonados con sus master y sus idiomas y su percha y sus seguidores de Facebook y Twitter que sencillamente exclaman: “No necesito de Dios”.

Verdaderamente, un camino sería dejarlos vivir a su aire hasta que ellos mismos experimenten la decepción, se empotren, muerdan el polvo, se desconcierten ante las dificultades de la vida y, sobre todo, se desanimen ante las traiciones de algunos corazones podridos por el egoísmo y la vida son Dios.

Misión del cristiano es ser sal y luz entre los hombres para abrirles horizontes de felicidad, vida lograda y aceptación rendida de la voluntad de Dios. Pero también la de ser faro y luz que alumbre el camino de nuestros compañeros y jóvenes de cada generación y con los planteamientos culturales actuales, las letras de sus músicas y los argumentos de sus libros, para que no se descaminen ni se descalabren ante los problemas de la vida sin Dios. No podemos dejar de contar a los demás nuestra experiencia de Dios.

Desde las primeras páginas de este tratado el autor sugiere la motivación de la vida que es encontrar a Dios en la persona Jesucristo y en la amistad con El centrar la propia vida para dar rendimiento a nuestros talentos y vivir una vida plena en la entrega a Dios y a los demás. Evidentemente desde el origen (9) hasta la culminación siempre hemos de acudir a Dios sin cuya ayuda no hay salvación (169).

La anécdota fundamental sobre la que se construye este mini tratado de apologética cristiana que el lector tiene entre manos, podría consistir en la que el autor narra una entrevista entre un presentador de televisión y san Juan Pablo II en Castelgandolfo aprovechando que el Santo Padre pasaba unos días de descanso allí. Tras unas tomas generales del jardín, el periodista pregunta a bocajarro: “¿Podría decirme, en pocas palabras, ¿qué es la Iglesia?

-No se lo diré en pocas palabras -contesta el papa- sino en una sola: «salvación»” (170).

Se entiende que aconsejemos al lector que tenga prisa que lea directamente la tercera parte del libro sobre la salvación, pues al final “la verdadera necesidad del hombre es la salvación” (34).

José Carlos Martin de la Hoz

Eduardo Camino, No necesito a Dios. Desde la necesidad a la salvación. Palabra, Madrid 2020, 205 pp.