Antes de que hiele

En 1978, en la localidad de Jonestown (Guyana), murieron todos los seguidores de una secta, liderada por un hombre llamado Jim Jones, en lo que parecía un suicidio colectivo; la noticia dio la vuelta al mundo en las primeras planas de todos los periódicos. En el año 2001, cuando ese terrible suceso ya ha caído en el olvido, Linda, la hija de Kurt Wallander, regresa a Ystad para, en unos días, iniciar su trabajo en la policía. Al tiempo que empiezan las desavenencias con su padre, Linda se integra en la vida cotidiana de Ystad y reanuda sus viejas amistades con dos jóvenes, Anna y Zebran. De pronto, Anna desaparece misteriosamente. Poco después, en los bosques de los alrededores de Ystad, Linda, junto a su padre, hace un descubrimiento aterrador: una cabeza de mujer, degollada, y dos manos unidas, seccionadas; del resto del cuerpo no hay el menor rastro. Y Anna sigue sin aparecer. Es el comienzo de un nuevo y trepidante caso al que se enfrentarán juntos Kurt Wallander y su hija Linda, quien, en el curso de la investigación, conocerá al agente Stefan Lindman (el protagonista de El retorno del profesor de baile), que le causará muy buena impresión.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Tusquets
480
2006 Planeta deAgostini
469
2007 Tusquets Maxi
573
978-84-8383-502
  • Encuadernación: Rústica
  • Colección: Maxi
  • Idioma: Español
Valoración CDL
3
Valoración Socios
2.777776
Average: 2.8 (9 votes)
Interpretación
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9 valoraciones

Género: 

Comentarios

Imagen de Rubito

Si en las anteriores novelas, especialmente en las primeras, el interés paralelo a la acción policíaca se condimentaba con las limitaciones y frustraciones descubiertas y señaladas por Wallander en la aparentemente perfecta sociedad del bienestar, en ésta destaca el cúmulo de detalles psicológicos y comportamentales que parecen caracterizar a una buena parte de los ciudadanos de la postmodernidad occidental. Incluso sorprenden los rasgos neuróticos de inseguridad, obsesión, impulsividad e inestabilidad de ánimo que limitan a muchos personajes, entre los que se encuentran de lleno Kart Wallander y Linda, y que han condicionado y condicionan la difícil convivencia familiar. Además, aunque ni Wallander, ni su hija, ni el resto de policías lleguen a manifestarlo de un modo explícito, la historia de esta novela quizá apunta, en los actuales momentos de radical laicización, un cierto confusionismo entre lo verdaderamente religioso y el fanatismo sectario. Por otro lado, la narración garantiza, como las anteriores, una entretenida y lograda tensión, en la que la acción se combina con la reflexiva investigación policial.( de Ángel García Prieto.)

Imagen de enc

Una de las consecuencias negativas que tiene el éxito para un autor es la de que los editores le consienten todo, incluso alargar un relato innecesariamente. “Antes de que hiele” carece de una estructura narrativa. El autor parte de un hecho impactante, en este caso la matanza de los seguidores de Jim Jones, de la secta “Templo del Pueblo”, en Guyana, y a partir de ese punto deja volar la imaginación. Algo muy escandinavo al parecer; recuérdese a la Baronesa Blixen que sólo pedía que le dieran la primera frase para, a partir de ella, inventar una historia. La novela de Menkell tiene un hilo conductor que sólo facilita al lector al final de la obra: se trata de una secta religiosa destructiva, con su correspondiente líder iluminado, capaz de cometer todo tipo de extravagancias incluido el asesinato de aquellas mujeres que alguna vez en su vida han sufrido un aborto. El aborto es algo demasiado serio como para incluirlo así en una novela. Hasta que el autor nos proporciona la clave, el lector va dando palos de ciego sin saber a dónde va a llevarle la novela. Incluso llega un momento en el que ésta aburre e impacienta. Sin embargo, tanto el autor como los editores saben que el éxito de las novelas de Menkell no está en la trama, sino en la vida que el autor saber dar a sus personajes, singularmente al inspector Wallander. Menkell es un autor didáctico, casi cervantino salvo por la falta del sentido del humor, que transmite al lector sus ideas sobre la sociedad y la vida. En esta ocasión será su hija Linda la que nos ayude a conocer mejor al policía. Linda recuerda el miedo que le producían de niña los arranques de cólera de su padre y las discusiones conyugales. Sin embargo Wallander era capaz de sentarse al borde de la cama de su hija por las noches, algo que la madre nunca hizo. Hay una relación amor-odio entre padre e hija que se irá disipando en la medida en que ambos trabajen juntos como policías. La novela proporciona una amplia exhibición de lo que es la sociedad sueca, sobre todo del igualitarismo social, que nos choca a pesar de lo que también nosotros hemos avanzado por el mismo camino. Linda se plantea dedicarse a tapizar muebles o a la Policía. Su mejor amiga es una refugiada iraní, con un hijo, que fue su compañera de colegio. “Una madre soltera más”, piensa Linda en algún momento. Su último novio era keniata y se ha vuelto a su país. Cuando Linda regresa a Ystad, su ciudad natal, para trabajar como policía, tiene que esperar a que el organismo correspondiente le asigne una vivienda. De los múltiples personajes femeninos que aparecen en la novela una se dedica, a los sesenta y ocho años, a buscar senderos perdidos en el bosque; otra compone exclusivamente música de Requiem que a nadie interesa; la de más allá, abandonada por el marido y con dos niños, se dedica a fabricar rostros en arcilla. Todas viven solas. En resumen, un dibujo no muy atractivo de la sociedad sueca, de la que podemos no estar muy lejos sin darnos cuenta.

Imagen de raranega

La lectura de este libro me dejó un regusto amargo: qué pobreza de vida tienen todos los personajes de la novela. La sociedad que refleja está vacía de todo. Del argumento apenas recuerdo nada (una trama de asesinatos un poco rocambolesca), pero sí que pensé:¡pobre gente!

Imagen de Porto

Novela similar a las anteriores, aunque con problemática distinta, pero mostrando siempre la preocupación por una sociedad que ha perdido el rumbo. Vuelven a parecer sus tópicos preferidos: la soledad profunda del ser humano, la desunión familiar y sobre todo el desencanto existencial de la sociedad sueca. Los personajes están inmersos en un paganismo cada vez más profundo en el que los conceptos han perdido todo su significado, por ejemplo no se sabe qué es un martir. El confusionismo religioso es tremendo.

Imagen de tajamata

Mankell prepara el relevo ante un envejecido Kurt y hace la presentación en sociedad de una ya madurita Linda. EL libro ,como todas las obres de transición pierde fuerza narrativa intentando hacer un perfil psicológico mas profundo de la protagonista absoluta del libro y no consigue lo segundo,cosa normal,habida cuenta de que para hacernos uno con Kurt necesitamos varios libros.
A mi me da pena ver que el autor inicia la retirada del imperfectísimo pero entrañable Kurt para introducirnos en la nueva generación,pero....es ley de vida.
La nota general de esta obra es,a mi juicio inferior a títulos anteriores,con una trama que deja cabos sueltos y con situaciones poco creibles,incluso forzadas;con todo y con eso, imprescindible para los seguidores del autor.