Carlos Bousoño en la poesía de su tiempo

Carlos Bousoño (1923-2015) pertenece a una generación poética que los autores definen por su falta de seguridad. Su primer poemario, de 1945, es de inspiración religiosa; en 1946 evoluciona hacia una poesía dolorida, existencialista; y en 1967 sus poemas se hacen más estudiados: "analíticos" sugiere el poeta.

Alperi y Mollá realizan un paralelismo con otros autores para el periodo 1940-1975, por lo que el libro es tanto un ensayo sobre Bousoño como una pequeña antología poética de la generación de la postguerra.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1987 Alsa Grupo
266
9788440406880

Edición no venal.

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Carlos Bousoño nació en Boal (Asturias) y pasó su infancia en Oviedo. En 1943 se traslada a Madrid para continuar sus estudios de Filología, en la Facultad de Filosofía y Letras. Alli trabajó con Dámaso Alonso y conoció a Vicente Aleixandre -Premio Nobel de Literatura en 1977-, sobre cuya poesía iba a realizar su tesis doctoral.

En 1945, el asturiano publica su primer poemario, Subida al amor. El poeta diría de éste que se "trataba de buscar seguridad en el sueño religioso (...), pero muy pronto la fe se quebrantó" (pág.112). Inmediatamente su poesía se hace existencial, dolorosa: "Hice de la angustia mi casa" -dirá. Alperi y Mollá traducen la angustia como duda: Duda religiosa, duda sobre la patria, sobre la sociedad, sobre el sentido de la vida, sobre la existencia misma... Sólo el amor se salva de esa duda" (págs.116-117).

Los autores fijan en 1965 lo que llaman la segunda postguerra (pág.202). En ella Bousoño publica sus obras mayores. Escribe el autor: "Hasta entonces los poemas me habían nacido como fruto de una determinada emoción encarnada en un ritmo. Ahora el poema se originaba de otro modo capaz de producir sorpresa: Una noción, a veces paradójica, que podía ser una simple idea, pero las más de las veces consistía en una metáfora o en un símbolo" (pág.208). El poeta afirma que "mi tendencia analítica se juntó definitivamente con mi capacidad emotiva" (pág.209). Y es que Bousoño, como profesor universitario, es un gran teórico sobre la expresión poética.

El libro da lugar a alguna confusión, ya que dedica demasiado espacio a autores distintos del asturiano y puede parecer una Antología de la poesía de postguerra más que un ensayo sobre Bousoño. Igualmente, incorpora una entrevista con el poeta, lo que contribuye a la mezcla de géneros. Tampoco es frecuente que, en un libro, la conclusión aparezca como colofón. Por último, es poco serio que los autores reconozcan que la Bibliografía está tomada de otro autor. En resumen, a pesar de sus aciertos se nota que es una edición no venal. Juan Ignacio Encabo.