Crónica de la Segunda Guerra Mundial, Tomo 1

Elaborada en los Estados Unidos por Selecciones del Reader's Digest, esta obra está integrada por extractos de distintas obras y distintos autores sobre el conflicto bélico. 

Está formada por tres tomos, el primero de los cuales abarca los años 1938-1941: "De Munich a Pearl Harbor".

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1965 Selecciones del Reader's Digest
482

Subtítulo: "De Munich a Pearl Harbor". Incluye gran número de fotografías, mapas e índices.

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Además de la parte bélica de la Segunda Guerra Mundial, que es sobradamente conocida, de esta obra podemos subrayar algunos puntos de interés:

Queda clara la responsabilidad de Hitler y Mussolini -y secundariamente de la URSS- en el desencadenamiento de la contienda. Hitler por su afán de revancha respecto de la derrota en la Primera Guerra Mundial, y por sus sueños locos acerca de la raza aria y la pretensión de una Europa dominada por Alemania. Mussolini por su desprecio de las democracias. Por su parte, Stalin trató de obtener ventajas para la URSS, concertado acuerdos de no agresión con Alemania y Japón, hasta que le llegó el turno de ser invadido por los ejércitos alemanes.

Los autores se preguntan: ¿Por qué los alemanes habían elegido a Hitler como Canciller del Reich? La respuesta está en que, derrotada la dinastía gobernante prusiana en la Primera Guerra Mundial, la república de Weimar que la sucedió se reveló inestable y fue víctima de levantamientos obreros promovidos por los comunistas. Los alemanes votaron a Hitler porque se comprometió a recuperar el orden social y enfrentarse a los comunistas (págs.57-60).

Una vez en el poder, Hitler utilizó el principio de autodeterminación para desestabilizar a los países vecinos. En Austria los nazis habían accedido al gobierno y orquestaron un plebiscito de anexión a Alemania (pág.22). En el caso de Checoeslovaquia el argumento fue el mismo. Dentro de sus fronteras residían tres millones de habitantes de origen germánico y el nazismo supo organizarlos para que reclamaran la anexión a Alemania. Igualmente favorecieron la autodeterminación de Eslovaquia respecto de la República Checa. El 14 de marzo de 1939 la República Checa pasó a ser un protectorado alemán (pág.31).

Se dice que en una guerra la primera víctima es la verdad. Hitler mintió en Munich a Gran Bretaña y Francia acerca de sus intenciones pacíficas. También orquestó falsas agresiones fronterizas de Polonia que le sirvieron de excusa para invadir ese país. Frente a la opinión alemana mantuvo, hasta el final de la guerra, que eran Francia y Gran Bretaña las que habían agredido a Alemania. Cuando Mussolini ataca a Grecia el 28 de octubre de 1940, el general al mando le explica: "Hemos preparado armas y bombas francesas para simular una agresión" (pág.248).

Tanto las guerras como la política en general tienen una dimensión moral. Ya hemos visto la inmoralidad de las políticas de agresión de Hitler y Mussolini. La vertiente moral de la Segunda Guerra Mundial se pone de relieve en la llamada Carta del Atlántico promovida por el presidente norteamericano Roosevelt. En ella se estipulaba el fin del colonialismo británico, el libre comercio internacional, la libertad de los pueblos y la mejora de sus condiciones de vida; la renuncia a la fuerza como sistema para dirimir las diferencias entre los países y el desarme de las naciones agresoras (373-374).

La Carta del Atlántico es importante hoy en España, por cuanto algunas regiones pretenden apoyarse en ella para obtener su autodeterminación y descolonización. Invocan, para ello, una supuesta violencia estructural ejercida por el Estado español sobre las mismas.

En conclusión: Revanchismo, convencimiento de la propia superioridad, falsa autodeterminación, propaganda y olvido de los principios morales fueron los principios en los que se basaron los regímenes totalitarios para desencadenar una guerra que produciría muchos millones de muertos en Europa, América y Asia.