Diálogos sobre Antropología y Educación. Febrero-Mayo 2008

Los escritores suelen dar una gran importancia a sus lectores: se escribe para ser leído. Sin embargo, creo que no es habitual poder decir que el contenido de sus libros tiene el impulso y el pulso de los interlocutores, al menos no tanto como puede decirse del libro que tiene entre sus manos. Este texto es una conversación que se transformó en libro. Por otro lado ha sido común en la filosofía que el diálogo o la correspondencia fuesen el principio de los textos que tantos de nosotros hemos leído. Tal vez Platón, de haber vivido en nuestra época, hubiera hecho algo parecido.

Este libro nace tras una reflexión sosegada en torno al aprendizaje de la filosofía. En efecto, la filosofía se aprende "pensando". Es imprescindible dar la posibilidad de pensar, ofrecer suficiente "materia pensable" y hacerlo de tal modo que sea "efectivamente pensable". Es evidente, por otra parte, que toda "materia pensable" en un contexto educativo sólo puede ser mostrada en la palabra. Por tanto, se hacía imprescindible "la palabra pensable".

Estas palabras, por haber nacido en un blog, han podido ser leídas al ritmo del interlocutor, con su propio acento, y han sido tendias en cuenta sólo si resultaban interesantes. Una vez puestas sobre el papel, este ha sido el resultado: diversos intereses, diversos orígenes, diversa formación previa, pero una conversación común alimentada por todos.