Doña Juana acude a Madrid para que don Martín cumpla la palabra de matrimonio que le dio. En su intento, se disfrazará de hombre (Don Gil) y provocará un fenomenal enredo que mantiene la atención del espectador hasta el último momento.
Considerada hoy como una de las comedias más atractivas y de mayor éxito en los escenarios, es uno de los testimonios más completos de lo que fue el virtuosismo técnico de Tirso de Molina. Nos hallamos ante un compendio de originales hallazgos formales, de un hábil sincretismo entre lo popular y lo culto, de cómo explotar al máximo los diferentes juegos de identidad asociados a la ropa, a la voz y al movimiento, y de recursos teatrales diseñados para modular personajes hoy considerados "clásicos".
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Si el lector quiere disfrutar con el ingenio de nuestros clásicos del Siglo de Oro, no deje de leer esta comedia. Diversión de altura y enorme calidad, de la que mucho se puede aprender.