El árbol de la ciencia

Publicada en 1911,  es para el autor «el libro más acabado y completo de todos los míos». En palabras de Azorín, en él se halla «mejor que en ningún otro libro el espíritu de Baroja».

Transcurre la última década del siglo XIX. Andrés Hurtado ha estudiado Medicina en la Universidad Central de Madrid. Su primer destino profesional será en un pueblo de La Mancha. Posteriormente, de nuevo en Madrid, ejercerá en la sanidad oficial y en una Sociedad de asistencia médica para gente pobre. En ninguno de los tres destinos va a cuajar. Cuando finalmente parece que su vida se va enderezando, un suceso dramático pone fin a su felicidad y a la novela.

Ediciones

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2005 Alianza Editorial
259
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2
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"Y si habla mal de España ...es español" (aforismo).

Novela deprimente de la cual se dice que es autobiográfica de su autor. Baroja la publicó en 1911, cuando contaba treinta y nueve años y hacía varios que había abandonado el ejercicio de la Medicina.

Se ha dicho del autor que era "hipercrítico y descontentadizo". En la novela Andrés Hurtado se muestra descontento con su familia, en especial con su padre; con la enseñanza de la Medicina; con el régimen hospitalario de la capital de España: Hospitales General y de San Carlos. Insulta de forma grosera a los médicos que trabajan allí, pero sobre todo a los sacerdotes y monjas.

Una parte de la novela la dedica el autor a un diálogo filosófico entre el protagonista y su tío, el doctor Iturrioz. Hurtado defiende la filosofía alemana, especialmente el kantismo, pero también tiene un hueco para la filosofía de la acción de Nietzche y el pesimismo de Schopenhauer. El tío prefiere el empirismo de Hobbes. Los protagonistas se muestran de acuerdo en criticar lo que llaman el semitismo -digamos que el enfoque bíblico- en el que incluyen al cristianismo. Para Hurtado es un procedimiento para formar esclavos a través de la esperanza en un premio y el miedo al castigo. Utliza la dialéctica entre ricos y pobres que iba a inundar la sociología y la política del siglo XX. Defiende que la única verdad es la científica y a sí mismo se considera un epicureo: aquel que sólo cree en el disfrute de la vida. Una opción extraña para alguien tan amargado.

Hurtado reconoce que "su instinto antisocial se iba aumentando, se iba convirtiendo en un odio contra el rico, sin tener simpatía por el pobre" (pág.253). Posiblemente sea una definición válida del anarquismo que Baroja decía profesar. Pero sobre todo odia hasta lo enfermizo todo lo que considera vulgar, pasional y en último extremo español: "Los domingos, sobre todo cuando cruzaba entre la gente a la vuelta de los toros, pensaba en el placer que sería para él poner en cada bocacalle una media docena de ametralladoras y no dejar uno de los que volvían de la estúpida y sangrienta fiesta" (pág.266). Es de temer que el espectáculo de las ametralladoras resultara también algo sangriento.

La Europa que admira Hurtado se vería envuelta pronto en dos guerras y el agresor sería ese faro luminoso de la cultura y la ciencia europea: Alemania. Es de suponer que ello supondría un baño de realidad para el autor. Es difícil no ver en las constantes críticas al semitismo un anuncio del antisemitismo que tantas víctimas iba a causar durante la Segunda Guerra Mundial. Tampoco el nazismo distinguiría demasiado entre judaísmo y cristianismo.

Leo con pesar en cdl que "El árbol de la ciencia" era, en 2008, de lectura obligatoria en el Bachillerato. Hay opciones que no son inocentes y explican hechos posteriores. Sólo cabe desear que todos nos formemos en la verdad, lejos de ideologías sectarias. No creo que "El árbol de la ciencia" sea una novela, sino un ensayo novelado que hoy nos parece ideológicamente lejano, pero también una amenaza de lo que puede volver: Un negativismo injusto, inhumano y a la postre antisocial. España, y el ser humano en general, pueden dar más de sí de lo que pretende Baroja.

Imagen de Maria20

este libro me lei cuando cursaba en bachiller para la slectividad y no estuvo mal, de hecho un par de años mas tarde me lo volvi aleer

Imagen de fcrosas

Es de lo peorcito de Baroja. Literariamente, un pestiño. Ideológicamente, nihilismo y ardor de estómago... vamos, don Pío en sus peores momentos. Por no se sabe qué razón (yo tengo una explicación, pero me la quedo para mí), viene siendo desde 1978 un libro OBLIGATORIO para los alumnos del antiguop COU y del actual 2º de Bachillerato.
Si a alguien le interesa Baroja, disfrutará con La Busca y con Zalacaín. Valete!