En la distancia

«En este libro hay una buena parte de mi vida hecha, deshecha, reconstruida, como un gran puzzle. Irremediablemente faltan piezas, fragmentos. Hay espacios vacíos. Estoy segura de que alguno de ellos encierra en su oquedad un recuerdo intolerable que he tachado sin saberlo, que no merece el precio del recuerdo.
Al final del viaje, cerca del puerto definitivo que se adivina entre la niebla, la memoria trabaja. El recuerdo reconstruye lo que fue real, adivina lo que aparece sumido en la oscuridad. Nos devuelve, en secuencias brillantes o brumosas, la vida recobrada.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2004 Alfaguara
233
978-84-204-0155
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A sus 78 años, la escritora leonesa Josefina Aldecoa ha decidido abrir el baúl de los recuerdos y bucear en su pasado. Una mirada literaria que ha plasmado en un libro "doloroso de escribir" y por donde pasa su infancia feliz, la guerra, sus compañeros de generación y su carrera como docente. 'En la distancia' es "un libro de memorias, una autobiografía repleta de nostalgias; pero lo que no es, desde luego, es un documento con fechas y cronología.

Tiene un orden interior, una reflexión sobre mi vida centrada en personas y momentos claves, con sus luces y sus sombras".

Un friso en el que esta mujer, viuda del escritor Ignacio Aldecoa y compañera de generación literaria y amiga de Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Alfonso Sastre y Luis Martín Santos, además de fundadora del colegio Estilo, en 1959, basado en el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza, recoge una parte importante de una etapa de la vida y sentir de toda una generación en España.

Aldecoa ya puso el espejo retrovisor en 'Historia de una maestra', 'Mujeres de negro' y 'La fuerza del destino', donde recogía experiencias como la retirada de crucifijos en las escuelas y otras anécdotas.

Aquí, por 'En la distancia' pasa la Guerra Civil y sus consecuencias, como cuando su "querido" profesor de la Escuela Preparatoria fue fusilado: "Ahí comprendí que la política tenía que ver con la cultura y que, en determinadas circunstancias, la cultura es peligrosa. Aunque, con toda seguridad, era la mejor de las políticas", reconoce la autora.

Cuando terminó la guerra, "una época gris bajo la amenaza de la represión política, la censura cultural y la autocensura", la escritora y su familia se trasladan a Madrid, donde Josefina estudia Filosofía y Letras y se especializa en lo que, junto con la literatura, será su gran pasión, la pedagogía.

Pero esta mujer, que ha sido pionera y arriesgada en tantas cosas, en los años cincuenta se marcha a Londres: "Viajar es fundamental, es abrir puertas, y en aquella época era un logro y yo quería saber cómo vivía la Europa libre".

Aires nuevos con los que Aldecoa volvió un año después a un país "adormilado", aunque, sin embargo, años fundamentales y "mágicos", ya que conoció al que sería el amor de su vida, Ignacio Aldecoa, autor de 'Gran Sol' y 'Con el viento solano'. Una relación que la marcaría totalmente: "Ignacio no me enseñó a escribir sino a vivir", dice. Se casaron en 1952, y se conocieron en el Café Gijón, cuando a Josefina se lo presentaron Sánchez Ferlosio y Alfonso Sastre. Un matrimonio que se terminó con la muerte de Ingnacio Aldecoa, en 1969, víctima de un infarto.

Los Aldecoa viajaron mucho, cuenta en el libro, y pasaron un año en Nueva York, "el mejor de mi vida", recuerda la autora. Tuvieron una hija y vivieron la vida literaria a tope con sus compañeros, a los que después se les conocería como "la generación del medio siglo".

Una generación compuesta por los Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Martín Gaite, Alfonso Sastre, Luis Martín Santos, entre otros, que también fue llamada despectivamente 'la generación de la berza': "Salíamos de una época de represión y de tonos grises y a las generaciones hay que entenderlas en su contexto. Éramos realistas porque en aquel momento tenía que ser así. Después los jóvenes ya fueron más intimistas, pero en aquel momento hablábamos de la caída de un albañil del andamio o de las dificultad o sordidez de ser niño", sostiene la autora.

Todo ello y muchas más cosas, como su lecturas, y páginas políticas y sociales aparecen en este libro que condensa la época de una testigo privilegiada, que hoy sigue alternando la literatura con la educación, desde el colegio Estilo, y su amor por los jóvenes.

"Me gusta la juventud; su rebeldía y su inconformismo", admite esta mujer que asegura que escribe, como ya dijera el Nobel Gabriel García Márquez, "para que me quieran un poquito más", y que se declara "una rebelde con causa"
(elmundolibro.elmundo.es)