La historia de los berberiscos

Historia de los Berberiscos nos permite conocer a los corsarios del norte de África que en el s. XVI fueron así nominados. Es también la historia de los hermanos Barbarroja. También, y sobre todo, la historia del corso en el Mediterráneo. También de grandes batallas (entre otras la de Lepanto). En definitiva es la historia de dos siglos de relaciones entre la cristiandad y el islam.

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2004 Ariel
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Historia de los berberiscos da mucho más de lo que promete. Quien supone que está frente a una obra que aborda un aspecto muy específico y, digamos, colateral de la historia del siglo XVI se equivoca de todas todas. Uno de los méritos de los grandes historiadores es el poner de manifiesto conexiones insospechadas de manera que el estudio de una materia lleva forzosamente al conocimiento de otra, entre otros motivos porque la vida real es así de compleja y entrecruzada. Jacques Heers es un gran historiador y lo demuestra con creces en el planteamiento de este libro. Los berberiscos fueron piratas que, radicados en el norte de África, especialmente en su mitad occidental, asolaron el Mediterráneo a lo largo sobre todo del siglo XVI. Entre ellos destacaron, por su habilidad y ferocidad, los hermanos Barbarroja, cuyo nombre fue incorporado al imaginario español, el que permanecen. Hasta aquí lo que todos podemos saber de esos berberiscos que se hicieron fuertes en Argel. A partir de aquí lo que esta obra nos ofrece.

Siguiendo enumerando, sin ánimo exhaustivo, las virtudes del buen historiador, nos atreveríamos a citar la ausencia de prejuicios unida al acceso, laborioso pero siempre fructífero, a las fuentes. Armado con tal bagaje, la sorpresa está asegurada (tal es el estado de la historiografía actual, sometida a los cánones de lo “históricamente correcto”). Así descubriremos los entresijos de la política de la época, descubriendo la connivencia de Francia con estos piratas que, tras sus correrías, llegaron a pasar el invierno a salvo en el puerto de Toulon.

Porque contra lo que una imagen más o menos romántica pudiera hacernos pensar, el corso berberisco pocas similitudes tiene con la piratería del Caribe. Los berberiscos, señores de ciudades y puertos, no eran aventureros ni delincuentes incontrolados, sino que estaban perfectamente encuadrados en la estructura del imperio otomano y que contó en todo momento con el frívolo apoyo francés. Los turcos fueron derrotados en Lepanto, una batalla que Heers valora en su debida medida, esto es, como un hecho decisivo para la suerte de la Cristiandad europea.

Llegados a este punto hay que detenerse un momento para reconocer el mérito de un historiador francés que es capaz de enjuiciar negativamente la política de Francisco I. Amigo de sus amigos pero antes amigo de la verdad, el libro desmonta sin piedad todos los tópicos y errores “turcófilos” divulgados por el romanticismo francés en detrimento de una realidad que pone de relieve lo importante de la acción española en la época.

Estamos pues ante un apasionante fresco de un periodo marcado por el peligro islámico y su derrota final en el mar (tras Lepanto las energías otomanas se canalizarán por tierra en lo que constituye otro de los episodios más apasionantes y fundacionales de Europa, el avance turco hasta Viena y el sitio de la ciudad) y por las divisiones entre los reinos cristianos más poderosos (escenario que, por otra parte, presenta sugerentes similitudes con la situación actual). Si además está, última virtud del historiador que señalaremos, escrito con rigor, pasión y gusto, ¿qué más se puede pedir?

Jorge Soley Climent (www.foumlibertas.com)