Púrpura y negro

La historia real de Monseñor Hugh Joseph O´Flaherty, de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, que organizó un increíble sistema con el fin de esconder y proteger a miles de personas que escapaban de las persecusiones nazis de la Segunda Guerra Mundial, sin hacer ningún tipo de distinción de raza, sexo, creencia o nacionalidad. Fue condecorado por Italia, Canadá y Australia.

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Cuando algunas personas tienen unas ideas negativas de la Iglesia y de los eclesiásticos, especialmente de los sacerdotes, como si la mayoría fueran inmorales, esta obra cambia por completo el paso equivocado, cuando muestra la fe, la bondad y la categoría humana de los hombres y mujeres de la Iglesia.

El libro relata las increíbles aventuras de Joseph O'Flaherty, un Monseñor de la curia romana, que trabajaba en el Santo Oficio, hoy Congregación para la Doctrina de la fe. Roma está ocupada por los nazis y llegan a escondidas cantidad de perseguidos por ese régimen inhumano y anticristiano. El Monseñor se las arregla para organizar un sistema de acogida que llega a albergar a unos 4000 refugiados, que ya es decir, en casas particulares, oficinas o empresas tapadera, casas de religiosos, etc. El riesgo para su vida y la de sus colaboradores es continuo.

Las aventuras que se suceden son reales, y más que una novela es una biografía que, por pudor, no escribe el protagonista sino Gallagher. Unas aventuras con tal atractivo que han sido llevadas a la pantalla en la película del mismo título protagonizada por el actor Gregory Peck, y luego en una famosa serie de televisión.

Se desmontan con la vida misma los tópicos sobre la Iglesia, sobre el Papa Pío XII, que tanto sufrió y actuó, para frenar la barbarie nazi y para proteger a todos, en particular a cientos de judíos que salvaron la vida, gracias a la Iglesia. Sin embargo todavía quedan gentes anticatólicas, y algunos judíos engañados, que siguen difundiendo calumnias que nada tienen que ver con la verdad.

En esta biografía pudorosa vemos un botón de muestra en el padre irlandés O'Flaherty de la categoría sobrenatural y humana de un sacerdote, pero hubo entonces y hay siempre otros muchos, que viven ejemplarmente su vocación, que ayudan a los demás, con toda su alma, porque son hombres de fe, con gran corazón y mucha valentía. No piensan en sí mismos y aman a Cristo y a las almas.

Releer esta obra hará mucho bien, porque es vida vivida, no una novela, repito, y muestra que la santidad no está en las nubes sino en medio de nosotros. Lo que pasa es que a veces estamos ciegos o nos dejamos invadir por la nube malvada de calumnias contra los sacerdotes, el Papa y la Iglesia de Jesucristo.