Temporada de lluvias

Novela finalista del premio El Barco de Vapor 2015. A Celeste le gustan las cosas que huelen a otras cosas. Y las palabras con zeta, como regaliz. Y cazar nubes: nubes de piratas, de animales, de naves espaciales… y de cualquier otra forma que pueda atrapar con su cámara. Pero cuando viaja con su padre a África, descubre que solo hay nubes en temporada de lluvias, o eso es lo que dice Murunya, el niño masái que la sigue a todas partes. Hay quien caza nubes, hay quien caza sombras. Y ambos tienen una forma especial de mirar el mundo.
Un alegato a la amistad sin límites, a la riqueza intercultural y al gran poder de la imaginación.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2015 Barco de vapor. SM.
112
978-84-675-8252

Ilustraciones de Adolfo Serra

Finalista del Premio El Barco de Vapor

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Novela infantil de aventuras, ambientada en África, sobre la amistad entre las diferentes razas y el crecimiento personal. La protagonista es Celeste, una niña que al cumplir 8 años recibe un precioso y original regalo: acompañar a su padre a un poblado masái para realizar un reportaje fotográfico, en un lugar perdido de África y alejado de las rutas turísticas. En ese poblado, una “manyatta” compuesta por dieciséis cabañas, conoce a Murunya, un niño masái de su edad que le descubre una realidad diferente y otra manera de ver y de valorar el mundo.

El  relato está narrado en primera persona por la propia protagonista, Celeste, que es una auténtica “cazadora” de nubes con su cámara fotográfica: nubes que representan animales, personas, objetos, que ella va coleccionando. Pero en África conocerá a un niño, un experto “cazador” de sombras, al que nadie en la tribu le valora su divertida afición hasta que llega ella. A través de Murunya, la niña observará otra forma de vida muy diferente a la occidental, hasta comprender sus costumbres y tradiciones, las razones de su alimentación, la construcción de las cabañas y el lenguaje de sus colores. Y, de esta manera, ambos se enriquecerán mutuamente trabando una fuerte amistad.

La obra está escrita de una forma sencilla y divertida, siguiendo la lógica infantil de Celeste y la visión de la realidad propia de los niños. Especialmente, con un lenguaje bastante poético, destacan las descripciones sobre la tierra africana con comparaciones y metáforas sencillas: así, el cielo es “una sábana azul inmensa recién planchada” y el sol es “una bombilla muy muy gorda” (p. 29). Además, hay que destacar las ilustraciones de Adolfo Serra,  acuarelas transparentes y vaporosas mezcladas con tintas oscuras y grises para delimitar las sombras. En conjunto, se trata de unos dibujos muy realistas y llenos de color, con todos los tonos cálidos de África (rojos, ocres y naranjas), que facilitarán la comprensión del texto a los pequeños lectores.

Por todo ello, la obra fue finalista del Premio El Barco de Vapor del año 2015. Tanto por el texto como por las ilustraciones, la novela también puede ser muy interesante para trabajar en otras asignaturas como Conocimiento del Medio y Educación Artística.