Este libro, relata el final de Juan Pablo II, y además profundiza en su vivencia de uno de los principales misterios del hombre: el dolor y la enfermedad. Ya desde pequeño, el Papa polaco experimentó este misterio, y aprendió a convertirlo en fuente de una humanidad más grande. Después, durante la larga etapa de su pontificado, tuvo numerosas ocasiones para confirmar esa experiencia: fue ciertamente un hombre familiarizado con las penalidades de la enfermedad, y eso se tradujo en una especial atención hacia los enfermos.