El personaje de Lorenzo es uno de los más entrañables de la narrativa de Delibes. Él protagoniza Diario de un cazador y Diario de un emigrante. Muchos años después lo retoma Delibes, justo en el momento en que Lorenzo acaba de jubilarse. Su diario, con ese estilo auténtico y coloquial que Delibes tan bien sabe captar, trata de su vida cotidiana, las cosas que le atraen, su apego al dinero y a la seguridad, y los líos en que acaba metiéndose. Como muchos jubilados, su vida depende casi exclusivamente de la partida con los amigos, los culebrones y concursos televisivos.