Caminos de oración

 

Estamos en la fase final del Sínodo de los obispos que se está celebrando en este mes de octubre en Roma y que versa acerca del discernimiento vocacional y de la pastoral de santidad para los jóvenes, y que ha mantenida unida a la totalidad del Pueblo de Dios junto al Santo Padre Francisco en una verdadera vigilia de oración.

Precisamente, una de las conclusiones del Sínodo ha sido, como siempre mantener, mantener unida como una piña a personas de toda clase y condición, formando verdaderamente la Iglesia universal que reza con la oración de Cristo al Padre.

Es interesante que el profesor Pablo Martí, cuando redacta su manual de teología espiritual, como fruto de años dedicados a la docencia y la su reflexión personal, en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, nos recuerda que la primera vocación del cristiano es una llamada a la identificación con Jesucristo mediante la vida de oración, es decir, no conformarse con simplemente cumplir unas reglas de conducta.

De hecho, nos recuerda el profesor como Kierkegaard en su debate frente a Hegel en el libro “Migajas filosóficas”, al hablar de la relación del hombre con Dios, trata de la contemporaneidad (103) del hombre cristiano con Cristo quien nos crea, se cruza realmente en el camino de nuestra vida, y nos invita a vivir por El, con El y en El.

De ese modo, el trato personal con Cristo introduce algo tan natural como el mimetismo del amor con la persona amada, el instintivo deseo de parecernos a El:” Imitamos a Cristo viviendo su amor, imitamos a Cristo viviendo con perfección las virtudes -sobrenaturales y humanas- imitamos a Cristo acercando a los hombres a Dios” (111).

Así pues, nos recuerda el profesor Martí que, “la vida cristiana es una vida de relación personal con la Trinidad. A través de Cristo y en el Espíritu Santo tenemos acceso real a la comunicación con Dios Padre” (117). Por eso, añadirá enseguida que: “La novedad de la oración cristiana reside en que se trata de la misma oración de Cristo comunicada a los hombres. Jesucristo nos hace sus miembros, vive en nosotros por su Espíritu y así, nos introduce en el misterio de su relación personal con el Padre” (127)

Concluyamos recordando unas palabras del autor que resumen y ofrecen magníficamente este sencillo y completo tratado de Teología espiritual cuando nos dice: “Meditar lo que se lee conduce a apropiárselo confrontándolo consigo mismo. Aquí se abre otro libro; el de la vida. Con la ayuda de la humildad y la fe personales, se descubren los movimientos que agitan el corazón y se les puede discernir” (134).

José Carlos Martín de la Hoz

Pablo Martí, Teología espiritual. Manual de iniciación, ed. Rialp, Madrid 2010, 196 pp.