Manuel García Morente, catedrático de Filosofía de la Universidad Central de Madrid estaba solo, exiliado en París y alojado, en casa de un amigo cuando, la noche del 29 al 30 de abril de 1937, de repente, descubrió que Jesús estaba ahí, delante de él, es decir, lo percibía (93) y experimentaba la felicidad del impacto del amor. Realmente, está viviendo un momento de contemplación divina que cambiará el rumbo de su vida espiritual, el momento en que rompió a amar (10).