Con cinco panes de cebada

 

Con esa exigua cantidad de panes Jesús dio de comer a una multitud. Sin duda Lucía Baquedano estaba pensando en eso cuando puso el título a su primera novela. La eficacia que puede llegar a tener un comienzo mínimo. En su novela, “Cinco panes de cebada” se manifiesta el contraste notorio entre las perspectivas iniciales de Muriel, la protagonista, al llegar, recién licenciada, como maestra a un pequeño pueblo perdido, y los resultados conseguidos cuando lleva unos cuantos meses. Un auténtico milagro.

Lo que se percibe en el relato es una transformación radical en la protagonista. Piensa en sus alumnos. Piensa en el pueblo y en las familias que allí viven. En la novela surgen dos grandes temas que atraviesan la historia: la sociedad rural, que muere día a día, y la importancia de la cultura para engrandecer a toda aquella gente a través de la lectura. Total, poca cosa, cinco panes de cebada. Aquí tenemos una chica joven, al principio un tanto reticente, que cambia y hace cambiar.

En la vida de Muriel destacan valores fundamentales como la importancia del trabajo bien hecho, la preocupación por los demás y el trato con Dios. en el afán por ayudar a sus alumnos se da cuenta de la importancia de la lectura. Es una historia que ayuda al lector a descubrir lo importante de la vida. Hay muchas novelas truculentas, violentas, relatos terribles, que si están bien escritas te enganchan, pero que sirven para poco. Al leer a Lucía Baquedano queda un poso.

Quizá uno de los aspectos más llamativos es detectar la diferencia que se da entre las sociedades de los 70 y nuestros tiempos. Más de 50 años en que ha habido muchísimos cambios, más que cualquier otro periodo de la historia con el mismo número de años. La tecnología ha cambiado tanto los modos de vivir y de trabajar que quien no vivió aquellas épocas no es capaz de concebir.

Pero la problemática central de la novela, lo que está en el fondo, es la vida en los pueblos y la vida en las ciudades; la tendencia a huir del campo. Se daba hace cincuenta años y sigue siendo una cuestión viva. Cuantas veces se habla de la España vaciada. Y nos podemos encontrar opiniones de todos los gustos: quienes piensan que hay que hacer algo para que la gente no abandone el pueblo, pero también quienes piensan que no hace falta mantener tantas pequeñas poblaciones un tanto solitarias.

Los cultivos ahora, en su mayoría, se pueden mantener y recoger con medios mecánicos que ahorran mano de obra, aunque haya cultivos que todavía precisan de la mano del trabajador. Ahora puede haber gente que viva en pueblos alejados porque teletrabaja. En fin, se podría decir mucho sobre estos asuntos que aparecen de modo vivo en esta historia, pero no deja de ser un modo de vida de hace ya muchos años.

A la protagonista de esta historia le cambia la vida el contraste entre la vida en su familia y el ambiente rural y la autora pretende transmitir que, en todo caso, en la ciudad y en el pueblo, debe haber un empeño por la cultura y formación más completa.

Un libro ameno, quizá previsible, que ayuda a animarse por la lectura.

Ángel Cabrero Ugarte

Lucía Baquedano. Cinco panes de cebada. SM, 2021.