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El miedo, una solución

Se ha escrito mucho sobre el miedo. Hay infinidad de novelas que hacen del miedo el tema principal. Ciertamente a lo largo de la historia se pueden resaltar etapas en que sociedades enteras han vivido atrapadas por la inseguridad y el temor por circunstancias políticas, por el peligro de derrumbamiento de la sociedad libre y por el hambre.

Minorías creativas

En torno al nuevo papa surgen, como era de esperar, diversos estudios, biografía y libros que informan sobre cómo es la realidad de la Iglesia en los tiempos que corren. Uno de estos libros lo escribe Jesús Colina, corresponsal en el Vaticano desde 1991 y, por lo tanto, gran conocedor de las diversas circunstancias históricas de los últimos años. El libro que escribe se titula “Dios nos quiere, Robert Francis Prevost, León XIV”. Con un subtítulo que sitúa al lector: “Su vida, su pensamiento y los retos que le esperan”.

El rostro

Es el título de un libro que recoge un texto escrito para ser representado en el teatro, aunque todavía no se ha estrenado. Es, por lo tanto, una serie de intervenciones de tres actores, que hablan sobre un tema muy tratado a través de los años. Lo que se refiere a la Santa Síndone, la Sábana Santa, da pie a multitud de opiniones, explicaciones o interpretaciones, porque hay muchos datos para inclinarse por la autenticidad, aun cuando la prueba del Carbono 14 diera negativo.

Un tesoro escondido

Escondido, aunque se ve desde muy lejos. El Monasterio de las clarisas de Cantalapiedra se ve desde lejos. Partiendo de Arévalo y pasando por Madrigal de las Altas Torres, patria de la reina Isabel, se avanza por la llanura castellana, verde, amarilla, anaranjada, plana…, y de pronto se descubre el conglomerado de casas que compone el pueblo de Cantalapiedra. Muy parecido a la mayoría de los pueblos que se puede uno encontrar por la estepa. Un conjunto de casitas presididas por la torre de la parroquia.

El eterno femenino

La novela de Álvaro Pombo, “La aparición del eterno femenino”, escrita en el siglo pasado, es un excelente modo de reflexionar sobre la diferencia tan importante que existe entre los niños de aquellas épocas, años 50, y lo chavales de hoy en día, influidos con gran frecuencia por un ambiente antinatural y tergiversado.

Contemplar

Cuando alguien pasea por un campo primaveral, exuberante tras las lluvias abundantes de las últimas semanas, disfruta de la belleza, tiende a quedarse, no necesita caminar demasiado, porque salta a la vista el colorido y la belleza propia de la estación. Sin duda hay una actitud no deliberada: estar contemplando. No todo el que pasa por el mismo paisaje atrayente es capaz de pararse y mirar. La actitud contemplativa debería ser cosa de cualquier persona, por el mero hecho de tener inteligencia y capacidad de calibrar lo que es bueno. Pero hay quienes parece que hayan perdido esa capacidad, totalmente humana, de cualquier persona.

El respeto universal

En el reciente libro de Domingo Oslé titulado “El sentido del cristianismo”, se dedica uno de los capítulos a hablar del “respeto”. Pocas veces nos encontramos con alguien que escriba sobre este tema. Y sin embargo, en la vida misma, si lo pensamos un poco, la realidad es que agradecemos que se nos respete, que se nos tenga en cuenta, que se nos comprenda. Es la vida misma, pero no es general, es decir, no siempre nos encontramos con gente respetuosa.

La esperanza con mayúscula

No hablamos de un nombre propio, Esperanza, que es frecuente, sino de la esperanza que debe estar presente siempre, que es algo humano y sobrenatural, pero que debe estar ahora más viva, no solo por encontrarnos en el Año de la Esperanza, sino porque tenemos acontecimientos suficientemente relevantes como para preocuparnos. Es lógico que pueda haber una cierta inquietud, pero merece la pena mantener viva la esperanza como virtud de nuestra vida y como confianza en Dios.

Desde los bolcheviques a Putin

Las memorias de Teffi suponen un relato en primera persona de la terrible revolución de los bolcheviques en 1917. Cómo tienen que huir miles de personas, como malamente pueden, perdiendo sus casas, a veces sus familias, todo lo que tenían. El relato de Teffi tiene el valor de contar lo sucedido en primera persona, y con la belleza en la escritura de una poeta y autora de obras de teatro.

Una vida sin vivir

Este sería el título que pondría al último libro de Kallifatides, porque después del relato autobiográfico que nos transmite, creo que solo produce desolación. La impresión que da es de una persona centrada en sí misma. Su éxito como escritor, su dificultad para reaccionar ante su edad, ya propia de la jubilación.

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