El profesor Rafael Navarro Valls, catedrático emérito de la Facultad de Derecho, de la Universidad Complutense de Madrid, vicepresidente de la Real Academia española de jurisprudencia y, además, afamado escritor y comentarista político de actualidad tanto de Estados Unidos como europeo, suele detenerse en las raíces y en el origen de la cultura europea.

En concreto, suele afirmar en sus intervenciones de hondo calado intelectual que la civilización occidental que surgió en el Medievo y de la que todavía, en gran parte, vivimos y nos desarrollamos en la actual Comunidad europea de naciones, se apoyaba en tres sólidas colinas o columnas: el Evangelio de Jesucristo, el derecho Romano y la filosofía clásica griega.

En esa dirección, parece moverse, a al menos en una parte de ella, el interesante y extraordinario trabajo de síntesis llevado a cabo por la profesora estadounidense Tamar Herzog, acerca de los 2.500 años últimos de la historia del derecho europeo, que ha tenido el acierto de editar y traducir Alianza editorial. La profesora de Harvard, además, conoce bien la mentalidad y la cultura española pues ha impartido lecciones en nuestra lengua en Madrid.

Lógicamente, el libro está balanceado sobre la Common law y, en concreto, el origen del derecho anglosajón medieval que influirá enormemente en la Inglaterra que legislará desde la diferencia, una vez producida la traumática separación con la Iglesia Católica y con gran parte de Europa en el siglo XVI, con el cisma de Enrique VIII erigiéndose en la cabeza de la Iglesia de Inglaterra y sometiendo la Iglesia al Estado. Finalmente, ese nuevo modo de legislar distinto del Corpus Iuris Civilis, terminará por trasvasarse a el nuevo continente, y se utilizará en las colonias inglesas de ultramar tanto en Estados Unidos, en Canadá, la India, Australia, etc. Cuestión que enriquece la visión global que la autora desea proporcionar al lector.

Lo más interesante de este trabajo está en la primera parte, donde la autora se adentra con maestría a recrear el mundo de la jurisprudencia del imperio desde el siglo III antes de Cristo, del nacimiento de los pretores, los jueces, las sentencias del Senado, y por supuesto, las leyes, las sentencias y las discusiones que se fueron conservando, enriqueciendo y recopilando ordenadamente, por materias: “los juristas romanos eran hombres que se ocupaban del orden normativo como parte de su deber público. Muchos eran miembros del Senado, y algunos tal vez hayan servido como cónsules” (36).

José Carlos Martín de la Hoz

Tamar Herzog, Una breve historia del derecho europeo. Los últimos 2500 años, ed. Alianza editorial, Madrid 2019, 373 pp.