El Profesor Salvador Pié-Ninot de la Facultad de Teología de Barcelona, logra  en este completo manual de Eclesiología una verdadera visión de conjunto, completa y actualizada a la luz del Concilio Vaticano II y de las grandes obras que se produjeron después, la nueva eclesiología del tercer milenio.

Hacía falta este trabajo para conocer bien el estado de la cuestión y conocer con detalle adonde hemos llegado en el quehacer teológico, desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días,  para acercarnos a la riqueza del misterio de la Iglesia. Evidentemente este tratado no es un punto de llegada, sino un punto de partida, pues no están todos los temas, aunque si la mayoría, ni todos tratados con la misma profundidad, aunque sí la mayoría.

Respecto a la cuestión “¿Jesús si, Iglesia no?”, que se replantea periódicamente, Pié-Ninot nos recuerda que “el actuar salvífico de Dios es un «misterio» y «designio salvífico» que no está en manos humanas” y “que la salvación querida por Dios es la salvación de la humanidad en la historia, pues si no, no sería salvación para el hombre, siendo esta concreción donde aparece la Iglesia como actualización real de la salvación en Cristo. Así se comprende por qué los Padres afirmaban que del costado de Crucificado nació la Iglesia, simbolizada en la sangre y el agua –signos del bautismo y la eucaristía (IO 19,34, LG, n. 3)” (245)

También, en otros temas se ha quedado corto, Por ejemplo, el autor podría seguir avanzando en el estudio jurídico y teológico de la Prelatura del Opus Dei, pues desde la primera valoración que hace, a la vista de los textos que maneja, se ha avanzado, publicado y profundizado mucho más, sobre todo para mostrar la realidad de la cooperación orgánica de sacerdotes y fieles laicos en la Prelatura, que se vive con toda naturalidad, para el mejor servicio a la Iglesia y a todas las almas (341-343).

Queda todavía mucho por avanzar y seguir profundizando, en la eclesiología, pues también la propia vida de la Iglesia va mostrando cómo Cristo está detrás de la vida y actúa iluminando el ser de la Iglesia en su obrar y en su mostrarse a los hombres.

Precisamente en el año de la misericordia que hemos vivido en la Iglesia por impulso del papa Francisco, se ha hecho avanzar una faceta de la Iglesia muy importante: nunca se perdona demasiado, pues la Iglesia perdona por el don recibido de Jesucristo y, además, el tesoro de las indulgencias es el tesoro de los méritos infinitos de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo entregados a su esposa la Iglesia.

Otro tema recientemente subrayado en la Iglesia de lengua española y, por tanto, objeto de profundización, estudio y meditación, ha sido la adecuación de la traducción del “pro multis” en las palabras de la consagración del vino en el sacrificio de la Misa, al texto castellano, “por muchos” en vez de “por todos”. De ese modo se ha subrayado, como había recordado Benedicto XVI,  que en la última Cena Jesús usó el “pro multis” pues estaba citando el libro de Isaías y por tanto, la Profecía del Siervo de Yaveh. Así ha sido necesario ser recordado y revivido.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Salvador Pié-Ninot, Eclesiología. La sacramentalidad de la comunidad cristiana, ed. Sígueme, Salamanca 2015, 669 pp.