El batacazo del informe Pisa

 

Es interesante resaltar el tremendo impacto que ha tenido para toda la sociedad española el reciente informe Pisa que acaba de darse a conocer en estos días y que nos ha amargado las fiestas navideñas.

Indudablemente quien más ha sufrido ha sido este gobierno que lleva pensando medidas denodadamente para mejorar la enseñanza pública y la concertada, pero no han resultado bien. Es decir, este gobierno y los anteriores (pues la situación no es de ahora), pues el desastre del informa Pisa es que todas las medidas tomadas no han hecho sino empeorar los resultados del anterior Informe Pisa sobre la educación en España en el arranque del siglo.

Evidentemente, el varapalo va también para los abnegados educadores que reciben alumnos desmotivados, desfondados y sin ilusión, y sobre todo alumnos que proceden de familias desarticuladas y sin interés por dar una educación a sus hijos que les saque de la mediocridad y de la atonía que manifiesta el informe y que se ve simplemente interactuando por la calle, comportarse en el autobús o en el metro según salen de clase.

Lógicamente, la batalla comienza por seguir invirtiendo en educación, en despertar en los jóvenes un sentido positivo, esperanzado de construir una sociedad justa, solidaria, en desarrollo, y eso se compagina no sólo con mirar el móvil sino con el interés por leer, estudiar, conocer, viajar, etc.

Precisamente, si logramos que nuestros jóvenes lean muchos más libros y aprendan a comentar sus lecturas con sus amigos, compartan aficiones y vean películas juntos, y escuchen música. Hay que sacarlos del ensimismamiento para vivir con sus padres que son los primeros educadores y los amigos que son los continuadores.

El impacto que deja un buen libro, ver un capítulo de una serie o una buena película, con otros hace que aprendan a asimilar, a conocer otros puntos de vista, aguzar el oído, descubrir más allá del sentido literal.

Ahora que comienza el año, y hay carta a los reyes magos, convendría pedir al gobierno que dedique a los mejores de la sociedad a la enseñanza, que suba los sueldos de los profesores y los ponga por las nubes y así puedan enseñar bien, escoger la mejor profesión y que sea la mejor pagada, es decir enseñar con inteligencia, captar la atención del oyente, preparar unas clases con altura y valores. Amigos del alumno.

Vale la pena recordar que el profesor nuevo explica lo que acaba de estudiar, el profesor mediano, lo que sabe y el profesor veterano, lo que interesa a los alumnos. De ahí la importancia de que se dediquen a la enseñanza los más valiosos y los más agudos e inteligentes. Evidentemente, la comunidad educativa puede solventar los problemas que el chico tiene en casa pues le puede elevar la mirada y proporcionarles amigos y, sobre todo, un profesor que le asesore y le escuche y saque de él lo mejor que tiene. No todo está perdido si no tiene familia, siempre tiene a Dios y a los amigos.

José Carlos Martín de la Hoz