El cardenal Scola y Comunión y liberación

 

El reciente libro de memorias o también denominado autobiografía del cardenal emérito de Milán, Ángelo Scola (1941), que acaba de publicar ediciones Encuentro, proporciona abundantes detalles, tanto de la vida personal del cardenal, como de la Historia de la Iglesia reciente en Italia y en la Europa del postconcilio.

Entre otros grandes temas, hemos de referirnos a la estrecha relación entre el futuro cardenal de Milán, con el fundador de Comunión y Libración (CL), el sacerdote don Luigi Giussani (1922-2005), quien falleció con fama de santidad en  Milán y cuya causa fue introducida siguiendo el camino procesual previsto por la Iglesia, en esa archidiócesis, en el año 2012 y que está todavía en la fase diocesana del proceso diocesano de beatificación (67).

Precisamente, la colaboración entre el cardenal Scola y Giussani se originó siendo el primero joven estudiante en Milán, después intervino muy definitivamente en su marcha al seminario y, finalmente, después de la ordenación sacerdotal de Scola, se convirtió con el paso del tiempo, en una persona de la total confianza del fundador, para tareas de gobierno como de formación, fue nombrado responsable de los universitarios de CL.

Para salir al paso de las habladurías acerca de si Scola había sido preconizado como sucesor del Fundador, es el propio Scola quien afirma lo siguiente acerca del carácter de ambos y su sinceridad plena: "en realidad no tenía ninguna intención de retirarse, y de hecho ni yo ni los otros del grupo de responsables nos lo hemos creído nunca. Más aún, tengo que admitir, con toda sinceridad, que mi relación con Giussani nunca ha sido fácil, ni tranquila"(61).

Así, inmediatamente después de recordar lo mucho que Giussani le habría ayudado en muchos ámbitos de su formación y, por tanto, de su vida espiritual y humana, terminará nuestro autor por reconocer en el fundador de CL, a un gran maestro, o como le llama con sencillez: "un genio educativo" (62).

Es interesante, para terminar esta cuestión, recoger la síntesis que el cardenal hace del camino de CL: "la intuición de Giussani según la cual fe cristiana debe ser abrazada y vivida razonablemente, es decir, en consonancia con el deseo de plenitud y las preguntas existenciales del hombre, en caso contrario se reduce a un postulado abstracto o a un moralismo estéril. Su genio educativo le lleva a abrir de par en par todas las puertas, encontrando referencias e inspiración también en hechos y personajes que, aparentemente, están lejísimos de la tradición católica" (64).

En julio de 1991 Scola fue preconizado obispo y marchó inmediatamente al Valle de Aosta donde Giussani estaba reunido con un grupo de universitarios. En un clima de intensa emoción hablaron  largamente y Giussani le dijo: "Ahora tu recorre tu camino, nosotros como movimiento continuaremos el nuestro". Efectivamente, cada uno siguió su camino, sin disminuir un ápice el afecto mutuo hasta el día de hoy (66).

José Carlos Martín de la Hoz

Angelo Scola, He apostado por la libertad. Autobiografía escrita con Luigi Geninazzi, ediciones Encuentro, Madrid 2019, 272 pp.