El cardenal Scola y Von Balthasar

 

Entre los muchos e importantes teólogos de la segunda mitad del siglo XX y los más dotados de influencia después del Concilio Vaticano II, lógicamente, dentro del panorama católico, se encuentra sin lugar a dudas la figura de Hans Urs von  Balthasar (1905-1998).

Evidentemente, siendo este renombrado teólogo una persona tan cercana e influyente en el pensamiento del cardenal emérito de Milán, Ángelo Scola (1941), no podía dejar de ser ampliamente mencionado en la propia autobiografía del cardenal que acaba de publicar, con gran éxito, ediciones Encuentro.

En efecto, la figura del teólogo suizo se introduce enseguida en este libro de memorias redactado en forma de diálogo, dentro de un amplio capítulo en el que se dedica el cardenal Scola a  hacer memoria detallada y rendida de los grandes maestros y pontífices que más han influido en su pensamiento teológico: Balthasar, Ratzinger, Wojtila y De Lubac (69).

Enseguida, refiriéndose a Balthasar, y en concreto al año de 1970, en el ámbito de la universidad de Friburgo, adopta Scola un tono de gran confianza: "a partir de aquel primer encuentro improvisado, nació una relación cada vez más estrecha con Balthasar, que se desarrolló en dos direcciones: la primera vinculada al trabajo de preparación y de redacción de Communio, a comienzos de los años setenta; la segunda en una serie de encuentros personales, que retomé tras mi vuelta a Friburgo como profesor n 1979 y mantuve incesantemente hasta el día de su muerte. Se ha tratado de un intercambio muy intenso que me ha permitido conocerle de cerca, hacerle preguntas sobre varios aspectos de su investigación, estudiarlo y favorecer que se estudie. Pero, más allá del estudio, mi relación con él llegó a ser filial y de amistad, uno de los dones más preciosos que he tenido en mi vida" (70).

Asimismo señalaba el cardenal la total disponibilidad del teólogo suizo para acudir a donde le requiriese: "ya se tratase de predicar un retiro o ejercicios para sacerdotes, o de una conferencia, o de escribir un artículo, y no solo para revistas especializadas sino también para periódicos y semanales, o de recibir a estudiantes o amigos que querían encontrarse con él en Basilea" (70).

Finalmente señalaba: "la idea central de su pensamiento consiste en que es necesario partir del trascendental de la belleza para comprender el misterio en su fuerza de atracción. Para él, como escribió en el segundo volumen de Gloria, solo una teología bella, aferrada por la Gloria Dei, puede hacerla resplandecer y tiene posibilidad de incidir en la vida de los hombres" (71).

Es interesante, asimismo, el resumen que hace Scola de la elación entre el teólogo y la mística Adrianne von Speyr (72-74), así como las referencias a la relación con Juan Pablo II y el cardenalato (75).

José Carlos Martín de la Hoz

Angelo Scola, He apostado por la libertad. Autobiografía escrita con Luigi Geninazzi, ediciones Encuentro, Madrid 2019, 272 pp.