La Universidad de Navarra continúa con la publicación de obras inéditas y manuscritas de autores importantes, dentro de la denominada Colección de autores medievales y renacentistas.

Queremos ahora detenernos a comentar el trabajo inédito recientemente publicado sobre El dominio del teólogo Bartolomé de Medina (1528-1580), quien seguirá en lo sustancial a los maestros dominicos Francisco de Vitoria y Domingo de Soto, sobre todo mediante citas implícitas del primero y explícitas del segundo,  aunque en realidad no de modo servil, sino discutiendo con ellos cuando le parece oportuno y lo considera necesario  (37-38).

El estudio del método teológico, del uso de los Lugares Teológicos y de las fuentes en las que apoya su pensamiento, mostrará que Medina reúne todos los elementos característicos de la Escuela de Salamanca, para poder afirmar que estamos ante unmiembro de dicha Escuela.

Respecto a la definición nos dirá que "Dominio es la facultad de usar de la cosa según la voluntad del que la posee, sin injuria de otro" (De dom. I, q.1, n.1, p.82). Seguidamente, tratará del dominio del hombre, al que Dios ha entregado la creación, para que la gobierne y a quien le ha dado  incluso dones sobrenaturales como la gracia y los sacramentos (43),  además de la división de la propiedad, la propiedad privada (49). También nos recordará, que es un dominio que no se pierde por el pecado (28).

Es interesante que los grandes teólogos del siglo XVI español, de la escuela de Salamanca traten el problema del dominio y a las características del mismo: “El dominio es el fundamento y la base de los contratos y pactos que se realizan por la justicia conmutativa y también es el fundamento de todas las restituciones” (19).

La idea de fondo es subrayar  los derechos del hombre tanto como individuo y como miembro de la sociedad civil y eclesiástica. La fundamentación de esos derechos está en la dignidad del ser humano, que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (cfr. Gen 1,26). Y, además ha recibido el mandato de gobernar la creación. Por tanto dotado el hombre ha sido dotado de la capacidad del uso y dominio de los bienes creados, la tierra, los animales, etc. Pero un dominio que no es absoluto, sino  analógicamente como el dominio que ejerce Dios.

Es más esa dignidad de la persona humana implica que el dominio no se pierde aunque sea haya pecado, pues esa dignidad se ha recuperado para siempre por la redención del género humano operada en Cristo. La gracia, nos dirá santo Tomás y subrayó la escuela de Salamanca no destruye la naturaleza, sino que la supone, la sana y la eleva.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Bartolomé de Medina, El dominio, edición de Augusto Sarmiento, ed. Eunsa, Pamplona 2017, 270 pp.