El filósofo del límite

 

Eugenio Trias Sagnier (1942-2013), tras estudiar filosofía y realizar estudios de doctorado e investigación en las Universidades de Barcelona, Navarra, Madrid y Colonia,  terminó por ganar la cátedra de Historia de las ideas de la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde, tras su muerte, se constituyó un centro de estudios filosóficos “Eugenio Trías” que conserva su legado intelectual, sus obras, sus inéditos y, por supuesto, su amplio epistolario y su archivo personal.

Precisamente, con esta obra que ahora presentamos, los “herederos de Eugenio Trias”, comienzan a publicar inéditos o a reeditar las obras del que se considera más importante filósofo español de la nueva generación, el llamado en la historiografía como el “filósofo del límite”, pues así denominaba él con bastante sorna, su quehacer filosófico e histórico y parte de su sistema.

Recuerdo como si fuera ahora, un gratísimo almuerzo y larga sobremesa posterior con Eugenio Trias, con el objetivo de hablar del Siervo de Dios José María Hernández Garnica (1913-1972), uno de los primeros sacerdotes del Opus Dei, a quien él había tratado mucho en Alemania y del que yo era el Postulador de la Causas de Canonización que, finalmente, se había realizado en la diócesis de Madrid, con un rogatorial en Roma, entre los años 2005-2009.

El almuerzo discurría en el restaurante del Hotel Madrid-Suecia, donde le gustaba residir a Eugenio en sus frecuentes viajes a Madrid, es decir, junto a la librería Antonio Machado de Madrid, la librería del Círculo de Bellas Artes, y, por tanto, junto a la Gran Vía madrileña. La conversación derivó pronto hacia la filosofía y, en concreto, a tratar largamente sobre “la filosofía del límite”, pues no quise dejar pasar la oportunidad para plantearle a Eugenio Trias abiertamente la pregunta que siempre me había suscitado la lectura de las obras de este filósofo catalán del que había leído casi todo lo que había publicado: si cuando él hablaba del límite entre lo natural y lo sobrenatural, entre lo finito con lo infinito, no estaría hablando de la santidad aplicando ese concepto a la filosofía, a la antropología y a la vida del espíritu.

Enseguida se sonrió y evadiéndose ligeramente de la pregunta, elegantemente, me devolvió del plano teológico al que yo como historiador de la teología me suelo situar, al plano filosófico en el que él deseaba moverse, pues el límite o llevar a límite los conocimientos, el amor, el quehacer intelectual y cultural es propiamente filosofía, puesto que el hombre al límite, es el que da lo mejor de sí mismo, aunque, lógicamente, lo que suceda cuando el hombre es tomado por la gracia de Dios y elevado a la vida de la gracia eso ya es propiamente competencia de la teología, mientras que lo anterior es tarea inveterada del filósofo.

Leer la primera obra de Trias con tan solo 26 años produce cierta ternura y apunta líneas certeras de lo que sería su pensamiento maduro años después.

José Carlos Martín de la Hoz

Eugenio Trias Sagnier, La filosofía y su sombra, ediciones Galaxia Gutenberg, Barcelona 2019, 228 pp.