Han transcurrido 100 años de la Publicación de la Encíclica Pascendi con la que San Pio X atajó el modernismo. En el volumen

colectivo editado por la Universidad de Navarra se recogen los datos

fundamentales de aquél problema. Como recoge el Prof. Santiago Casas en la introducción: "la Encíclica Pascendi (1907) desautorizaba definitivamente una corriente de opinión dentro de la Iglesia que, desde

1890, se había abierto camino entre muchos intelectuales católicos, sobre todo

en la exégesis bíblica y en la crítica histórica. La misma encíclica definió y

dio cuerpo a una doctrina que, por lábil y etérea, parecía escaparse a las

cosificaciones"
(p.11).

            Evidentemente, la aplicación fue beneficiosa

pero dolorosa. Como señala un poco más adelante señala Casas: "La cuestión bíblica

(deudora en particular de la crítica histórica) provocó un reguero de

disposiciones oficiales que, en la práctica, dificultaron el desarrollo de la

exégesis bíblica hasta, prácticamente, la Divino Aflante Spiritu (1943). Fue el efecto perverso, por así decir, de unas

disposiciones de la Santa Sede, todas ellas muy bien intencionadas, y muy

meditadas y prudentes"
(p.13).

            La cuestión nuclear la desarrolla acertadamente el

Prof. Izquierdo: se trata de la filosofía de fondo de los modernistas: "En

cuanto filósofo, el punto de partida es el agnosticismo: no es posible conocer

la verdad porque la razón humana, encerrada rigurosamente en el círculo de los

fenómenos, es decir de las cosas que aparecen, y tales ni más ni menos como

aparecen, no posee facultad ni derecho de franquear los límites de aquéllas.

Como consecuencia no es posible el conocimiento natural de Dios"
(p.53). Y,

respecto a la Escritura, el modernista, en palabras de Izquierdo: "En

realidad, los libros sagrados son una colección de las experiencias religiosas

más elevadas, y la inspiración divina no es sino la necesidad que el creyente

siente de manifestar su propia fe" (
p.55). Finalmente, recoge el Prof.

Izquierdo la respuesta al problema de la historia que se planteó en el

modernismo: "En el caso del conocimiento histórico, la tradición acompaña al

método histórico-crítico, que es sensible, sobre todo, al reflejo positivo de

los hechos de la historia, al cual permite llegar mucho más a fondo en el

conocimiento de la realidad histórica de la que los hechos son solamente una

manifestación"
(p.75).

             En la aportación del Prof. Bedouellet, se

recoge un texto publicado por Loaysi, uno de los pensadores que provocaron la

Pascendi, 30  años después: "Mis propuestas no eran compatibles con la

concepción escolástica de los dogmas. Con la divinidad absoluta de Jesús. No

eran sostenibles sino en una teoría relativista de la creencia religiosa y de

la inmanencia de Dios en la humanidad"
(p.164).

            Finalmente, el Prof. Saranyana, en la conclusión

de esta obra, señala lo siguiente: "El modernismo teológico no fue un

intento de abrir vías de diálogo a la Iglesia con la edad moderna (es decir,

con la vida política y con el progreso científico), sino, por el contrario, un

intento de transformación de la Iglesia para que ésta se adecuase al mundo

moderno"
(p.304).

José Carlos Martín de

la Hoz

Santiago CASAS (ed), El modernismo a la vuelta de un

siglo,
ed. Eunsa, Pamplona 2008, 316 pp.

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