Enseñar a pensar

 

Hace muchos años que, en circunstancias muy concretas de la historia del pensamiento, es decir, en plena época de la Ilustración, el famoso filósofo de la razón, Kant, autor de las célebres obras de la crítica de la razón pura y de la crítica de la razón práctica, en una de ellas exclamaba: ¡Audere sapere!

Atrévete a saber. Estaba escribiendo sobre el espíritu de la Ilustración y deseaba animar a romper moldes, lanzar a la gente a atreverse a romper encorsetamientos y dogmatismos exagerados, abrir el alma y lanzarse a saber, a pensar y a razonar.

Han pasado los siglos y la situación ha cambiado tanto que nuestro autor, Juan Meseguer, doctor en sociología y derecho, redactor jefe de Aceprensa, nos hace en su trabajo una nueva llamada a pensar y hacerlo bien. Un impulso a superar el relativismo imperante y teorizado en subjetivismo (120)

Que sea él quien lo proponga es interesante , pues por su trabajo lleva muchos años dedicado al estudio y la investigación del análisis de tendencias sociales, corrientes de pensamiento y estilos de vida, es decir, las líneas de fondo del pensamiento, y sus obras tienen siempre el interés de lo profundo y de lo actual (101).  Por otra parte el autor procura avanzar sobre lo que lee y estudia (49)

En esta ocasión, el tema escogido por nuestro autor es la libertad de pensamiento. Lo que Kant afirmaba en su famoso tratado sobre la ilustración: atrévete a pensar, en la actualidad ha cobrado un giro de gran importancia. Precisamente por la ausencia de pensamiento, merced al exceso en la vida de muchas personas del uso de las redes sociales y la proliferación de hábitos de dependencia digitales que distraen de la lectura, de la maduración y expresión del pensamiento propio. Es interesante, por ejemplo, la llamada a establecer que dialogar no es manipular (75).

De hecho, como nuestro autor señala, estamos ante una llamada a pensar distinto (28, 32-35), pues a base de no pensar, es muy fácil caer en la tentación de ser meros altavoces del pensamiento único que impera en la red (49).

La conclusión de este trabajo es clara y contundente: leer mucho y bien (187). Dedicar muchas horas a la lectura, tanto de novelas y obras que oxigenen nuestra mente, la cultiven y lleven a aprender de la realidad novelada, como a leer ensayo y trabajos históricos, obras de pensamiento crítico y trabajos que vayan al fondo antropológico de la cuestión. Además, cada uno deberá leer y conocer las cuestiones éticas que acaecen en su quehacer profesional.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Meseguer, Pensamiento crítico. Una actitud, ed. Unir editorial, Logroño 2016, 200 pp.