Erasmo hombre de mundo

 

Erasmo de Rotterdam (1466-1536), ha pasado a la historia como un  verdadero modelo de intelectual  y humanista del siglo XVI. Hombre muy avanzado para la historia de su tiempo, sobre todo, en lo que ahora denominamos crítica textual y, en general, en el estudio, edición y filología de los textos clásicos y escriturísticos. Por tanto hombre clave en la historia de la tradición de la Escritura de la Vulgata.

Asimismo, Erasmo fue siempre crítico con la sociedad de su tiempo, aunque sólo fuera por lo que le costaba sacar adelante económicamente, sus proyectos intelectuales y editoriales y buscarse los medios para subsistir (110, 175). Para ello utilizaba una fina ironía con la que estimulaba la honradez y  la búsqueda de la verdad, lo que desarrolla especialmente en una de sus obras más desconcertante pero ilustrativa; su célebre Elogio de la locura.

El escritor y crítico literario Carlos Clavería Laguarda (Caspe 1963), ha escrito, a partir del rico epistolario del humanista y de su buen conocimiento de la bibliografía y de los grandes biógrafos de Erasmo como Halkin, un buen trabajo de conjunto sobre alguien tan contradictorio como Erasmo (15,18).

La obra, está al nivel de su editorial, ediciones cátedra, y se trata de un libro moderno, atrevido, rompedor y, en ocasiones, cáustico y demoledor, acerca de la figura enigmática del humanista más indiscutido en sabiduría y capacidad de trabajo en los textos clásicos, que el Renacimiento estaba recuperando, pero a la vez, uno de los hombres más eclécticos (70).

El momento de la publicación del trabajo de Erasmo es importante, pues acabamos de celebrar el V Centenario de las famosas tesis de Wittemberg de Martín Lutero con la que comenzaba la revolución luterana y con ella la ruptura de la unidad de la fe en Europa. Precisamente el duro enfrentamiento de Lutero con Erasmo, marcó una clarificación de posiciones y una verdadera radicalización del Reformador.

La  ruptura final de Lutero con Erasmo, señalará no solo una página de la historia de las diatribas entre eruditos y escritores del siglo XVI, sino una verdadera línea divisoria entre los nominalistas y los realistas.

La visión del humanista Erasmo, que era partidario de una vida espiritual íntima y de la lectura meditativa de la escritura; como expone en su Manual del caballero cristiano, colisionará frontalmente con la visión luterana que niega la libertad del hombre, y que resuelve su salvación con la mera fe fiducial, sin el uso de la razón.

José Carlos Martín de la Hoz

Carlos Clavería Laguarda, Erasmo, hombre de mundo: evasivo, suspicaz e impertinente,  ed. Cátedra, Madrid 2018, 369 pp.