Ética de los negocios

 

Una de las cuestiones antropológicas y culturales más importantes de la actualidad en el mundo del pensamiento y de la investigación y donde está centrado parte del debate intelectual de nuestros días, radica en una cuestión aparentemente amplia y vaporosa como es la de la ética de los negocios.

Precisamente esto sucede en tiempos, como el nuestro, de final de una cultura y civilización y comienzo, donde las cuestiones relativas a la justicia y a las relaciones humanas se ven afectadas inmediatamente, pues operaciones como transacciones, contratos, hipotecas, créditos se basaban originariamente en conceptos cristianos y culturales como confianza, bien común, salvación, pobreza, etc.

En estos días ha sido publicada la última obra del gran maestro de la Historia de la Teología y de la Filosofía medieval, el profesor Ordinario emérito de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, doctor Josep Ignasi Saranyana (Barcelona 1941). Académico de la Historia y activo miembro del Pontificio Comité de las Ciencias Históricas, que aborda, entre otros interesantes asuntos, las cuestiones económicas de ese período (16-17).

Así pues, en la historia y, particularmente en la de la teología, se ha escrito mucho y bien y desde ella se han alumbrado ideas procedentes del importante y fecundo concepto de la dignidad de la persona humana, en donde imperaba aquél importante principio tomista de que la gracia no destruye la naturaleza, sino que la sana, la eleva y la vivifica: “la aparició d’un tractat autònom i diferenciat sobre la consciència moral, esdevinguda a la fi del segle XVI” (17).

De hecho, la ruptura de la unidad de pensamiento teológico y antropológico que supuso la teología luterana, con su desprecio de la vida y de la actividad empresarial y mercantil de los banqueros y mercaderes y sobre todo con la visión apocalíptica que ha mostrado el profesor Kaufman en su documentada e importante biografía del reformador alemán  publicada en Trotta en 2017, establecen la posibilidad real de volver a la Escuela de Salamanca, para encontrar en ella la verdadera explicación de la revalorización de la ética de los negocios en el siglo XVI (34-35).

Desde luego, como enseñará Saranyana, en estas materias, Lutero no siguió ni a Gabriel Biel, ni tampoco a Silvestre, ni a Cayetano, que siempre acotaron los caminos de la honradez cristiana en estas actividades, pero no las negaron (36).

La ética que se escribió y se desarrolló durante aquel extenso periodo, y que va desde la ruptura luterana, que arrancó en el comienzo del siglo XVI, se va conociendo mejor y se van desinflando teorías como la los orígenes del capitalismo y su estrecha relación con el calvinismo y la predestinación, propiciado por Max Weber en los comienzos del siglo XX (33).

José Carlos Martín de la Hoz

Josep-Ignasi Saranyana, La teología cristiana a la Modernitat. De l’albada del segle XVI al llindar de la Il-lustració, Cosdsetània EDicions, Barcelona 2019, 188 pp.