Filosofía y poesía

 

La extraordinaria figura de la filósofa contemporánea española y poetisa malagueña, María Zambrano Alarcón (Málaga 1904- Madrid 1991) nos ofrece en esta obra redactada en el exilio en México en 1939 un delicado y fecundo tratado de filosofía y de poesía.

La edición del “Fondo de cultura económica mexicano”, recoge fielmente las conferencias pronunciadas por la discípula de Zubiri y de Ortega y Gasset en la universidad mexicana de Michoacán en los años 1939 y 1940, que dio acogida a esta pensadora española y a su marido en el duro exilio dentro del exilio que vivió junto a tantos demócratas e intelectuales españoles.

Indudablemente, solo una filósofa de la categoría y de la finura de María Zambrano, que había sido formada entre los grandes filósofos de la segunda República Española, podía entrar a dilucidar la historia de la metafísica con tanta hondura, profundidad y categoría.

A la vez, solo una poeta de finura de pluma y de pasión por la belleza y la verdad, discípula de Antonio Machado, García Lorca y Miguel Hernández, podía acercarse a la poesía y desentrañarla como camino de búsqueda incesante de la verdad.

El primer punto miliar de esta obra es que “el ser es el descubrimiento griego por excelencia” (28) y “la justicia es el correlato del ser en la vida humana”: no hay más verdad que la que refleja el ser que es (29). Platón, nos dirá, hace teología porque lo que quiere es salvar el alma (55).

Evidentemente, con Descartes y la “metafísica de la duda y la desconfianza” (79), se disuelve la metafísica en la “autonomía de la persona humana” (71). La desorientación de la metafísica terminará en la desconfianza de la metafísica de la ilustración del deísmo que es el agnosticismo de la desconfianza: “el camino no es arbitrario” (78).

Indudablemente, en las páginas finales, al hablar de la poesía y de la de los místicos española, Zambrano destaca que: “En la poesía la vida es el sueño y en el filósofo el sueño es la inocencia” (84). Poco después abrirá un paso a la poesía hacia el camino del amor y la identificación con el amado citando a san Juan de la Cruz: “mi alma se ha empleado, y todo mi caudal en su servicio” (98).

La conclusión de este magnífico trabajo desde el ángulo de la poesía podría resumirse en esta afirmación de nuestra autora: “La realidad es demasiado inagotable para que esté sometida a la justicia, justicia que no es sino violencia. Y la voluntad aún extrema esta violencia ‘natural’ y la lleva a su último límite. La palabra de la poesía es irracional, porque deshace esta violencia, esta justicia violenta de lo que es” (104).

José Carlos Martín de la Hoz

María Zambrano, Filosofía y poesía, Fondo de cultura económica, México 2023, 111 pp.