La filosofía del lenguaje de Wittgenstein

 

El filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951), ha pasado a la historia de la filosofía contemporánea como "el nuevo" Nietzsche (1884-1900) de la primera mitad del siglo XX, en cuanto que estaríamos hablando de un destructor de sueños, autoengaños e ideas falsas.

En efecto, Wittgenstein habría comenzado por establecer, según su entender, los parámetros claves de la nueva filosofía del lenguaje, recogida en una extensa, compleja y abigarrada serie de pensamientos que terminó por reunir en una obra aparentemente fragmentaria denominada: el Tractatus logico-philosophicus (1921). A continuación, tras un periodo dedicado a ser maestro de pueblo en las montañas de los Alpes, se dedicó el resto de su vida a escribir otro tratado; las Investigaciones (1951), una obra póstuma con la que terminaba con toda posible filosofía.

En cualquier caso, en la detenida e interesante aproximación a este pensador que ha realizado la profesora Carla Carmina, de la Universidad de Extremadura, acerca de la vida y la obra del filósofo austríaco-inglés Ludwig Wittgenstein, se puede encontrar la radicalidad de sus pensamientos y los límites de una filosofía que basculará entre afirmaciones propias de un verdadero genio y las de un auténtico loco. De hecho, en la propia historia de la filosofía contemporánea, no ha sido Wittgenstein muy bien recibido, pues, ha pasado de ser denostado como un completo excéntrico y un verdadero desequilibrado que derrumbaba su propio sistema de pensamiento, a detenerse y descender a algunas de las muchas lecciones de su filosofía que redactó, independientemente de su locura. 

Lo más interesante es que sin demostrar nada, ni permitir razonar de ninguna manera, nuestro autor romperá con sus investigaciones anteriores y con toda la filosofía lógica que había creado hasta ese momento y discutido con muchos de los grandes de su tiempo, para afirmar todo lo contrario.

Es más, según la profesora Carmona nuestra autora: "Wittgenstein consideraba que la concepción tradicional del lenguaje descansa sobre un trasfondo dualista. Según ella, el significado de una palabra es algo que misteriosamente va pegado a la palabra y a la vez difiere de ella. En el marco del uso no hay cabida para lecturas dualistas de este tipo. ¿Dónde está el significado de 'auxilio'? En el uso, palabra y significado coinciden. El uso que hacemos de una palabra es su significado" (p. 119).

Wittgenstein creía firmemente que podemos aprender a conocer a los hombres. Pero esto no es un conocimiento que uno aprenda de memoria o en el espacio cerrado de un aula, sino que se adquiere a través de la experiencia, observando a nuestros semejantes y a cuantos más de ellos mejor (...). La autenticidad de un sentimiento ajeno no podrá demostrarse como se demuestra un enunciado matemático, sino que habrá que sentirla". (pp. 126-127).

José Carlos Martín de la Hoz 

Carla Carmona, Ludwig Wittgenstein. La consciencia del límite, ed. Shackleton books, Barcelona 2019, 172 pp.