La luz de Vermeer

 

Desde que vio la luz en España la primera edición en castellano de la famosa novela titulada “La joven de la perla” (Tracy Chevalier, ed. Tusquets, Barcelona 1995, 225 pp.), en la que aprendimos a valorar en su justa medida la categoría intelectual y visual de la pintura de Johannes Vermeer en 1665 y, con él, de toda una etapa de la historia de arte y de la cultura, las obras sobre la pintura holandesa del período y, sobre todo, de la situación política, económica, religiosa y cultural de los Países Bajos no ha hecho sino aumentar.

Es interesante que una obra escrita en 2019, veinte años después, por Timothy Brook, escritor e historiador canadiense de la Universidad de Columbia, especialista en arte y literatura china, acabe por llegar a nuestras librerías y sea un libro leído, y disfrutado por miles de personas.

También es interesante que la vida intelectual y cultural del profesor Brook termine por confluir en Delft, para recrear la vida y la obra del inolvidable Vermeer, cuando precisamente de lo que sabe es de China, de la inculturación, de la política, de las conquistas e inventos asiáticos.

El libro comienza con la narración del viaje del autor por carreteras secundarias, en bicicleta, con barro, con los auxilios de amables campesinos, y finalmente con la recreación de la postal del cuadro de Delft del XVII, con los tejados y el ambiente de la época y la interesante comparación con la situación actual.

Todo se entiende mucho mejor con la lectura del subtítulo del trabajo: “Los albores del mundo globalizado en el siglo XVII”, pues, efectivamente, China fue la parte más importante de los negocios de los Países Bajos del siglo XVII, cuando aprovecharon la fragilidad de Portugal para abrirse camino en esas tierras de Asia y establecer relaciones comerciales con ellos.

En ese sentido, el tabaco, las cerámicas y la plata son tres elementos fundamentales en este libro para explicar el mundo globalizado, donde todas las familias de Holanda se involucraron en gran medida, donde el puerto de Amberes era un lugar febril, donde el dinero fluía, donde las costumbres europeas cambiaban y cuando el empleo era máximo en Holanda a base de la sangría de sus hijos.

Lo mas interesante es que esta historia de desarrollo comercial y artístico, podría contarse con datos económicos, expedientes sacados de los fondos de la Cámara de Comercio (VOC) etc. Sería un libro de economía política.

Contrariamente y hábilmente el autor, ha optado por una solución mucho más enriquecedora e interesante: utilizar unos cuadros de Vermeer como ventanas de la historia que nos van a transportar a los escenarios y nos ayudará a entender ese tiempo.

José Carlos Martín de la Hoz

Timothy Brook, El sombrero de Vermeer. Los albores del mundo globalizado en el siglo XVII, ed. Tusquets, Barcelona 2019, 326 pp.