La renovación litúrgica

 

Hablar del Movimiento litúrgico y de los grandes autores que aportaron en él a lo largo de más de un siglo, es distinto de la Reforma Litúrgica posterior al Concilio Vaticano II y a su patología, que sería sencillamente lo que sucedió a finales de los años sesenta en gran parte del mundo católico y que se ha denominado con todas las letras "el tsunami litúrgico".

En efecto, basta una somera lectura del índice del libro del célebre padre Benedictino Manuel Garrido Bonaño (1925-2013),  sobre los grandes maestros y promotores del movimiento litúrgico, para descubrir que fueron muchos y muy variados los personajes que intervinieron: entre los 29 autores seleccionados en este volumen, muchos son Papas y santos como Pablo VI, intelectuales como Romano Guardini, y, otros, humildes benedictinos como Odón Casal.

En cualquier caso, debemos recordar con el padre Garrido que los grandes maestros y promotores del movimiento litúrgico tienen gran actualidad, pues nos dan ideas para apreciar los textos litúrgicos  actuales que no hubieran sido posibles sin el movimiento litúrgico que empezó en el siglo XIX con la figura de don Guèranger.

Efectivamente, Dom Próspero Guèranger (1805-1875), desde su primera obra, "Consideraciones sobre la liturgia cristiana", publicada a los tres años de su ordenación, hasta el Año cristiano y las Instituciones litúrgicas destinadas al clero y al pueblo cristiano, prendió fuego a la literatura litúrgica: "la oración de la Iglesia es la más agradable al oído y al corazón de Dios y, por lo mismo, la más eficaz para la atracción cristiana" (35). Como afirmaba el propio Pio XII "el movimiento litúrgico es el paso del Espíritu Santo por la Iglesia". De hecho son muchos los Romanos Pontífices tratados, como san Pio X, Pio XII y san Pablo VI.

Es interesante que tanto el profesor Lorda en sus trabajos sobe la materia como el padre Garrido pongan el foco de atención en la figura de Odón Casal (1886-1948), benedictino: "maestro de la teología de los misterios cristianos en la liturgia" (67). Natural de la Renania, doctor en filosofía, abad de María Laach de Alemania desde 1905. Doctorado en liturgia por el Anselmianum.

El núcleo de su teología está publicado en su obra: "la liturgia como misterio cristiano" (68): "Deseaba destacar la primacía del plan ontológico del cristianismo que dejar el plano psicológico y moral del mismo, que siguen inmediatamente al primero. Estaba plenamente convencido de que se mantenía en la línea del Nuevo Testamento y de los santos Padres. Por eso mismo dio una realidad más densa a nuestros conceptos usuales de gracia, signo, sacramento, liturgia, etc." (69). Por eso solía decir: "Recibir el sacramento, participar en la liturgia, no significa sólo recibir la gracia santificante, sino también una elevación de todo el ser, una participación en la obra de la redención" (69). Influyó en la Encíclica Mediator Dei de Pío XII y en la Constitución Sacrosantum Concilium del Vaticano II (n.102).

José Carlos Martín de la Hoz

Manuel Garrido Bonaño, Grandes maestros y Promotores del movimiento litúrgico, ed.  BAC, Madrid 2008, 282 pp.