El catedrático emérito de Historia Social y del Pensamiento Político, Profesor Santos Juliá, ha publicado uno de los libros más completos y documentados dentro de su larga y dilatada producción histórica, acerca de la transición política española en el siglo XX.

Propiamente hablando, este trabajo acerca de la Transición sólo se ocupa de ella en una tercera parte del libro, pero el autor ha tenido el acierto de arrancar desde el final de la guerra civil en Barcelona y las gestiones por la paz tanto de Azaña como de Indalecio Prieto, hasta la transición política y la llegada de Felipe González al poder con la que se culmina lo que se denominó la Primera Transición.

Ese interesante proceso, lo articulará a través de las tres peticiones que repetidamente se realizaron en las calles de Barcelona: Democracia, Amnistía y Estatuto de Autonomía. De hecho, a cada uno de esos apartados dedicará el profesor Juliá los mejores y más completos capítulos de este libro. La última parte del trabajo, consistirá en el desarrollo de lo que se ha venido a llamar la segunda transición y, finalmente,  al planteamiento de la última crisis catalana que estamos viviendo en la actualidad y que viene a preconizar la Transición pendiente que sería la de las nacionalidades.

Respecto a la lectura de este trabajo, el profesor Juliá se ha hecho deudor habitualmente a lo largo de estos años, de la crítica de darle más espacio a la izquierda en sus trabajos. En realidad en este libro, la República, el exilio y el antifranquismo desde el interior, tienen un mayor tratamiento que la historia de la España de Franco. Ahora bien, en honor a la verdad, nos parece que se trata más de un problema de documentación utilizada que, por menos conocida, aporta una visión de un gran interés, que de una visión ideologizada de la historia.

Lo que sí es de destacar es que al llegar a 1957 y explicar el giro del franquismo en materia económica y del desarrollo económico, comienza reconociendo el error de la teoría imperante en la historiografía acerca de los grupos políticos, así dirá: "ni la ACNdP ni la AC ni el Opus Dei han sido nunca partidos políticos, sino viveros en los que se cultivaban minorías selectas de las que luego, una vez crecidas, se seleccionaba a individuos particularmente idóneos para ocupar despachos ministeriales y altos puestos de libre designación en la Administración del Estado" (252-253).

De todas formas esta afirmación se aplica de lleno a los dos primeros y no al tercero. De hecho, seguidamente, afirmará con toda exageración y más para esa época: "En el caso del Opus Dei, el vivero era una poderosa corporación, dotada de una sólida infraestructura, con residencias, colegios, universidades y escuelas de negocios propias" (253). En realidad la figura de López Rodó y de su mentor Carrero Blanco le proporciona unos datos que le será de gran utilidad para entender la instauración de la monárquica en la persona del rey don Juan Carlos (261). Pero, desgraciadamente errará al atribuirle función política al Opus Dei (200, 501, 503).

José Carlos Martín de la Hoz

Santos Juliá, Transición. Historia de una política española (1937-2017), ed. Galaxia Gutenberg, Barcelona 2017, 651 pp.