Las Cortes de Cádiz

 

El trabajo que ahora presentamos, aunque sea brevemente, sobre las Cortes de Cádiz, es uno de los grandes estudios realizados por el profesor valenciano Federico Suárez (1917-2005), catedrático de Historia contemporánea de la Universidad de Navarra, y ha sido varias veces reeditado y profusamente citado por los grandes maestros del período.

Evidentemente, desde la primera edición de este trabajo en 1982 hasta esta última en el 2023, se han publicado muchas fuentes, se han abierto muchos archivos y se han escrito y publicado muchos trabajos de investigación, monografías, es decir se ha podido recibir una gran abundancia de documentación para los especialistas. Pero, en cualquier caso, las líneas de fuerza marcadas por Suárez y, sobre todo, la orientación de este trabajo sigue siendo de gran importancia y de gran valor para los historiadores de la materia.

La primera cuestión que se plantea el profesor Suarez es acerca de la legalidad de la convocatoria de Cortes tras el cambio de dinastía relaborado por Napoleón en su hermano José y, sobre todo, por producirse las Cortes en San Fernando (Cádiz) en dos sesiones (del 24 de septiembre de 1810 a 20 de febrero de 1811) para trasladarse finalmente a la capital gaditana en 1811 (80) ya al límite de la resistencia y con diputados provenientes de España y América que entraban por mar. Algunos de los cuales no daban el perfil requerido y, además traían la representación de otros lugares, con el fin de centrarse en la elaboración de una nueva Constitución al estilo de Francia, lo que fue su sentencia de muerte (203).

En segundo lugar, se planteará el del poder ilimitado que se auto imprimieron y adquirieron las Cortes de Cádiz y su valor paradigmático, que se intentó poner por encima de las leyes fundamentales del Reino y de la monarquía. Evidentemente, esta observación patente a los ojos de todos los diputados, también trascendió al pueblo llano y fue la muerte de la Constitución más liberal que ha tenido jamás España. La Pepa, así llamada por haber nacido el día de san José de 1812 (216).

Indudablemente, la portada del libro, la sacralidad que expresa y la tarea de elaboración de las Cortes; poder constituyente, asunción del poder legislativo, judicial y gubernativo, se hacía ante un público entregado y profundamente liberal, a la vez que profundamente católico e ignorante de las cuestiones de fondo que se dilucidaban en el interior de aquellas paredes, pero se embebían de la sacralidad del momento. Indudablemente, los 62 diputados que escribieron al rey pidiendo la derogación de las Cortes indican la tensión del momento (203)

Es llamativa la ausencia de las mujeres en la convocatoria de las Cortes liberales: ni asisten, ni pueden asistir, y mucho menos votar, pues les está vedada la función pública y así seguirá todavía hasta la Segunda República (71).

José Carlos Martín de la Hoz

Federico Suarez, Las Cortes de Cádiz, ediciones Rialp, Madrid 2023, 230 pp.