Las disputas teológicas

 

Durante los días 8 a 11 de noviembre de 2017, el Instituto Luis de Molina de la Universidad Católica de Ávila, ha celebrado un congreso internacional conmemorativo del cuarto centenario de la muerte del maestro Francisco Suárez (1548-1617).

Las primeras conferencias abordaron cuestiones relativas a la actualidad de la Escolástica en nuestros días, al problema de la esclavitud, a la teoría económica de los maestros salmantinos, al Derecho de Gentes en Vitoria y Suárez y a las comparaciones entre el derecho en la escuela de Salamanca, con Grocio y el positivismo jurídico.

En el segundo día se nos asignó a los profesores Gómez Camacho, Sánchez Caro y a mí, hablar de las disputas teológicas y en concreto de la disputa De auxiliis, es decir, resumir la diatriba que enfrentó a jesuitas y dominicos a finales del siglo XVI, en torno, a las relaciones entre gracia y libertad. Cuestión todavía abierta y siempre paradigmática del atrevimiento del pensamiento teológico.
En efecto, se trataba de un momento intenso del barroco español, que nos recuerda la valentía y seguridad de los teólogos del siglo XVII, en claro contraste con la actual escasez de maestros y de una teología firme.
Que habláramos de este tema allí, en el Instituto Luis de Molina y en el ámbito del centenario de Suárez, tenía sentido, pues precisamente él  tomó partido por Luis de Molina en la discusión o disputa teológica que le enfrentó al catedrático de Salamanca el dominico Domingo Báñez.
En honor a la verdad, hemos de recalcar que en esta discusión el que lanzó la primera piedra fue Domingo Báñez y Luis de Molina, apoyado por Francisco Suárez, se defendió.
El hecho de que se planteara de nuevo esta cuestión teológica en el final el siglo XVI es un síntoma claro del alto estado de valentía de los teólogos escolásticos después de la larga crisis por la que había atravesado la teología y las escuelas teológicas y que, en cierto modo, había provocado la intervención del Magisterio solemne en el Concilio de Trento.
Cuando en 1588, el Padre Luis de Molina publicó en Lisboa su obra "De Concordia liberi arbitrii cum gratiae donis, divina praescientia, providentia, praedestinatione et reprobatione". Sobre la concordancia del libre arbitrio con el don de la gracia, la divina pre-ciencia, la providencia, la predestinación y la reprobación a castigo del pecado, ya había cambiado radicalmente el escenario teológico.
Efectivamente, el título de la obra, es lo suficientemente largo, completo, explícito, claro y contundente para expresar lozanía teológica, orgullo de raza y valentía, o para indicar lo que se llama una declaración de guerra.
El hecho fue que el teólogo dominico Domingo Báñez, miembro destacado de la denominada "segunda escuela de Salamanca" lo entendió así y se encendió su ánimo contra lo que le parecía una toma de partido. No estaba sólo en juego la opinión teológica de un autor, sino la opinión teológica de una escuela teológica nueva, la jesuítica, que, en la lógica del momento, debía ser confrontada con la más antigua, la escuela tomista o realista.

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Luis Lorda, La gracia de Dios, ediciones Palabra, Madrid 2005, 432 pp.