Las raíces de la guerra civil

 

Dentro de los muchos trabajos que se está publicando recientemente en castellano, en relación con el próximo ochenta aniversario del final de la guerra civil española, que ya estamos empezando a conmemorar, no podían faltar nuevos trabajos de investigación de las numerosas fuentes publicadas, de los archivos abiertos y documentos desclasificados que van clarificando las cuestiones y dirimiendo discusiones entre los especialistas.

 Asimismo, estamos asistiendo a la reedición de obras ya consideradas clásicas por sus ideas, o por su aceptación general tanto sobre el final de la guerra, como sobre el primer franquismo. Tampoco, faltan, ediciones de obras clásicas acerca de los orígenes y de las profundas raíces de la violencia e intolerancia durante la Segunda República y el comienzo de la guerra fratricida más cruenta que hemos vivido en nuestro país.

En este marco, es verdaderamente sorprendente, no solo por la edición que ahora vamos a comentar, cómo ha perdurado el análisis del profesor Gerald Brenen desde su primera publicación en las Universidad de Cambridge en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial y por un inglés.

Evidentemente, no todo es encomiable en este antiguo trabajo de investigación, como pueden ser, por ejemplo, algunas de las apreciaciones que hace el autor en el texto acerca de las raíces de la guerra. No solo no han soportado el paso del tiempo, sino que han resultado verdaderamente erróneas, sobre todo en lo referente a los análisis sobre la religión. Sus apreciaciones sobre el catolicismo español del momento, demuestran que no había captado a fondo esta faceta tan característica de nuestra cultura y de nuestro ser. Es evidente que su formación marxista de fondo, los lugares comunes y su agnosticismo le habrían impedido conocernos bien (55).

Otras apreciaciones simplonas como el imperialismo castellano, que señala en el prólogo (XVII), como si fuera clave de los nacionalismos, aparece con claridad como una imaginación o una idea que no termina de ser real. Sobre todo, a la vista de cómo ha ido evolucionando el concepto de unidad de España, actualmente fortalecida a raíz de los últimos acontecimientos en amplias zonas de la Península Ibérica.

Es muy interesante el análisis de la industria española del momento, partiendo de la parálisis del siglo XVI debido a la inflación que produjo la entrada de metal de oro y plata desde América durante un siglo, con la consiguiente desmembración de nuestra economía y el desarrollo de la europea (20-21).

Asimismo, es encomiable el estudio del siglo XIX y la magnífica caracterización que realiza nuestro autor de los políticos liberales conservadores y de los liberales progresistas, pues refleja muy bien como en aquella época, en Inglaterra del primer tercio del XX ya tenían la suficiente documentación, el poso y el paso de los años para descubrir la clave de los gobiernos de Sagasta y de Cánovas del final del siglo XIX, con los famosos turnos en el gobierno o bipartidismo antiguo, que era como repartirse el poder entre ideologías afines que se conservan en la actualidad (11).

José Carlos Martin de la Hoz

Gerald Brenan, El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil, ed. Planeta, colección Austral, Madrid 2017, 576 pp.