Llamados y enviados

 

Una de las escenas más conmovedoras del verano es contemplar a familias partir con mucha ilusión a sus lugares de veraneo, para discurrir unos días, cada vez menos, en un régimen de vida distinto; algunos planes familiares, culturales, más tiempo para los hijos, los amigos, la lectura y deporte.

El verano es tiempo para sosegar el alma, contemplar la naturaleza, sumergirse en lecturas interesantes, conversar largamente con la familia, los amigos, así como un momento para completar la formación.

Uno de los grandes objetivos del verano es recuperar el tiempo para la lectura, sobre todo de esos libros que se publican a lo largo del año y que no da tiempo a leer con detenimiento.

Precisamente, deseamos recomendar un breve estudio introductorio realizado por los profesores Miguel Ponce Cuéllar y Nicolás Álvarez de las Asturias, que han redactado un interesante trabajo sobre el sacerdocio, bajo un título muy significativo: “Llamados y enviados”.

Enseguida nos recordarán que el sacerdocio en la Iglesia procede de Jesucristo, pues él lo fundó lo vivió y es el uno y verdadero sacerdote de la Nueva Ley. Para caracterizarlo, brevemente señalan: “Cristo se designó como el Servidor y el Pastor que da su vida por sus ovejas, manifestando la originalidad propia de su ministerio sacerdotal “(63).

Asimismo, hemos de destacar en esta introducción las páginas que nuestros autores han reunido bajo el título de segunda parte; unas líneas de carácter histórico, pero también historiográfico, pues han resumido en breves páginas la historia de la teología del sacerdocio, con los textos claves de los grandes autores que han aportado y han hecho avanzar en el conocimiento y amor del gran don de Dios que es el sacerdocio; así leeremos a San Ignacio de Antioquía, San Ambrosio, San Juan Crisóstomo, San Isidoro de Sevilla, Santo Tomás de Aquino, el beato Duns Escoto, Joseph Ratzinger y san Juan Pablo II (65-96). Lógicamente, esas páginas concluirán con el Concilio Vaticano II y su interpretación auténtica del Magisterio reciente.

En la tercera parte del trabajo, recuerdan nuestros autores los puntos o cuestiones fundamentales, sobre el sacerdocio ministerial que los cristianos de hoy se preguntan o deben explicar a los requerimientos de sus amigos y colegas. Es lógico que sea así pues solo se puede amar el sacerdocio y pedir al Señor abundantes vocaciones si se conoce bien este gran don de Dios para el mundo y la Iglesia (95).

Es muy interesante que, tanto en la presentación del ministerio sacerdotal como en las peculiaridades del sacerdocio católico, nuestros autores extraigan gran parte de las ideas de la Encíclica Pastore Dabo vobis de san Juan Pablo II (1992) pues con el paso del tiempo y el desarrollo de la pastoral vocacional del siglo XXI, parece providencial (96).

José Carlos Martín de la Hoz

Miguel Ponce Cuéllar-Nicolás Álvarez de las Asturias, Llamados y enviados. Una introducción a la teología del sacerdocio ministerial, ediciones Palabra, Madrid 2019, 189 pp.